El dosel, de madera policromada en tonos verdes y rojos, y con partes doradas, cuenta con un fondo rectangular de terciopelo rojo ante el que se sitúa la Virgen bendecida el pasado 14 de septiembre y con la que la cofradía del Miércoles Santo recuperó la devoción perdida en 1936, cuando ardió en San Juan de la Palma una antigua Virgen sedente con el Niño Jesús y San Juan Bautista, obra de Benito Hita del Castillo (1738).
El sencillo altar de la Virgen de las Maravillas ha quedado ubicado, como ya se comentó en este blog, entre el altar de Nuestro Padre Jesús de la Paz, Nuestra Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos y San Juan Evangelista, y el de San Antonio de Padua, en la nave de la Epístola de la parroquia.
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