La festividad de la Inmaculada Concepción de este año nos dejó una imagen muy especial, como fue la exposición en besapié de Nuestra Señora del Tránsito, a la que dan culto las Franciscanas Terciarias del Pozo Santo, cuya casa en Sevilla ha cumplido 350 años.
Con motivo de esta efeméride, las religiosas decidieron realizar este besapié a la imagen que cada 15 de agosto, en el Día de la Virgen, se expone a la veneración de los devotos, aunque sin que se pueda besar. En esta ocasión, la Virgen del Tránsito fue situada en la estancia contigua al templo del Pozo Santo, sobre una cama en la actitud de ascender a los Cielos no mediante la muerte, sino durante el sueño.
La Virgen vestía saya blanca y manto celeste, así como toca de sobremanto, bajo la que sobresalía una mantilla blanca, y llevaba una rica corona de orfebrería, además de diversos broches en el pecherín y un rosario colocado entre sus manos entrelazadas.
Detrás de la cama había un pabellón del que colgaba una gran tela de damasco rojo y, ante ella, había una imagen del Niño Jesús en la iconografía del Varón de Dolores, talla anónima del siglo XVIII restaurada en 2013 por José Manuel Bonilla Cornejo.
Y en las esquinas de la cama se colocaron las cuatro tallas del Niño Jesús ataviados como arcángeles que cada año custodian a la Virgen del Tránsito el 15 de agosto. Son imágenes de autor desconocido, realizados en plomo y madera policromada con atributos que identifican al Hospital del Pozo Santo. Cada uno tiene una peana de madera dorada y se encontraban elevados los de delante sobre pies de madera en color blanco, y los de detrás sobre columnas doradas de capitel corintio y fuste salomónico.
Finalmente, hay que indicar la presencia de cuatro candelabros plateados con velas de color blanco y cuatro jarras con claveles blancos, margaritas y paniculata.
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