La Parroquia de San Pedro acogió el pasado jueves, festividad de la Inmaculada Concepción, el tradicional besamanos a Madre de Dios de la Palma, de la Hermandad del Cristo de Burgos, que fue situada, como cada año, en la capilla conocida como la de la Hermandad de los Sacerdotes o de San Pedro Ad Víncula.
La dolorosa se encontraba sobre una peana de plata cedida por segundo año por la Hermandad de la O y vestida con su manto procesional, del Taller de Sobrinos de José Caro, tocado de lamé dorado y saya blanca de tisú bordada en oro. Además, lucía la corona de salida, de Marmolejo, y en el pecherín tenía la palma de oro de los Hermanos Delgado y la medalla de la ciudad de Burgos. La mano que daba a besar a los fieles y devotos era la derecha, mientras que con la izquierda sujetaba un pañuelo de encaje.
Flanqueaban a la Virgen que talló Manuel Gutiérrez Reyes-Cano dos de las jarras de su paso de palio con rosas blancas y antirrhinum colocadas sobre columnas de base cuadrada, y otras dos jarras en el suelo ante varios candeleros del palio con cera blanca, siete a cada lado de la imagen.
Al fondo, delante del cuadro de San Pedro que preside la capilla había una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción, ya que la capilla fue escenario pionero en la defensa del dogma inmaculista, otras dos jarras del palio y otros cuatro candeleros. Finalmente, en el lado izquierdo se encontraba la bandera de la Inmaculada y en el derecho el estandarte corporativo.
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