La Parroquia de San Vicente acogió el pasado domingo el besapié al Santísimo Cristo de las Siete Palabras, que fue expuesto para ello en el presbiterio alto del templo, tumbado con una gran inclinación debido a dos altas barras metálicas colocadas bajo los brazos de la cruz.
El crucificado lucía las potencias de salida y estaba delante del dosel de cultos de la hermandad, que tiene una gotera de madera tallada y dorada con una airosa crestería, y en el centro lleva el escudo de la hermandad. Entre el dosel y el Cristo de las Siete Palabras había dos blandones dorados con cera blanca y los ángeles que sujetan las cruz del Señor de la Divina Misericordia en su paso procesional.
En los laterales del crucificado había otros cuatro blandones y dos mesas doradas sobre las que se encontraban dos de los ángeles de las esquinas del misterio de las Siete Palabras. Los otros dos estaban bajo los brazos de la cruz, sobre pequeñas columnas doradas de capitel dórico y fuste estriado. Y sobre otras dos columnas similares, aunque más altas, había unas flores de tonalidad púrpura que también se situaron ocultando la base de la cruz.
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