La Divina Pastora de Triana salió este sábado a las calles del barrio desde la Parroquia de Santa Ana, recuperando así su fecha habitual de salida en el tercer sábado de septiembre. La cofradía se puso en camino con cierto retraso, ya que, aunque la cruz de guía entre ciriales estaba en la puerta desde hacía algunos minutos, hasta pasadas las siete y cuarto de la tarde, hora prevista de la salida, no se abrió la cancela para que comenzara a salir el cortejo.
Delante iba la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol, que comenzó su participación en la procesión interpretando la marcha "Melodías de la O". A continuación, tras la cruz iban varias parejas de niños con cirios y luego el gran estreno de la cofradía en este año: el nuevo simpecado bordado por José Antonio Grande de León siguiendo el diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes.
Luego iban las representaciones de distintas hermandades: la de la Virgen de la Sierra, la Pastora de Cantillana, San Gonzalo, el Rocío de Triana, Madre de Dios del Rosario, el Carmen de Santa Ana y la Esperanza de Triana. Seguidamente, veíamos el estandarte corporativo de la Pastora de Triana, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
Estrenándose como capataz de la Pastora de Triana, Miguel Ángel Pérez Pascual condujo el paso hasta la puerta y lo detuvo antes de salir. Cuando lo hizo, se lanzaron algunos cohetes y la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva, de Salteras, interpretó el Himno de España, seguido por la Salve a la Pastora de Triana, que fue cantada por la mayoría de los hermanos y devotos que recibieron en la plazuela de Santa Ana a la imagen.
Vestía este año en su salida un manto de terciopelo rojo y una saya blanca de tisú, ambos bordados en oro, además de lucir sombrero, la aureola, el cayado y un pecherín cuajado de broches, medallas y collares de coral. También el Pastorcito, situado en la delantera, vestía de rojo y contaba con una pelliza.
Por supuesto, en cuanto el paso estuvo en la calle comenzaron los habituales vivas a la Pastora, aunque dio la sensación de que, al menos en las primeras calles del recorrido, los encargados de lanzarlos estuvieron algo más comedidos que en años anteriores.
Acababa de salir la Pastora de Triana a las calles y la diputada del paso advertía ya al capataz de que había un cierto retraso. Con celeridad, el paso se levantó y se metió por la calle Pelay Correa a los sones de la marcha "Triana Pastoreña". Después, se detuvo para un primer relevo de costaleros junto a la Peña Bética Triana, cuyo responsable sacó una bandeja cargada de cervezas para ellos. "¿Ya?", preguntó uno sorprendido al ver que tan pronto les llegaba tan particular "refrigerio".
Instantes más tarde, el paso se levantó para continuar su camino con la marcha "Virgen de las Aguas". Poco después, giró a la izquierda para tomar una calle en apariencia distinta, pero que para el callejero de la ciudad se sigue llamando Pelay Correa.
La siguiente levantá se dedicó a una niña de nombre Lola, presente ante el paso. "Que la Pastora esté siempre pendiente de ella", dijo el capataz antes de hacer sonar el llamador y de que el paso se levantara para avanzar a tambor hasta la siguiente parada, pocos metros más adelante.
Minutos después, la Divina Pastora volvía a levantarse y continuó hasta girar a la derecha para tomar Rodrigo de Triana, lo que hizo mientras la Banda de la Oliva tocaba la marcha "La Virgen de Sevilla". Luego el paso se paró en la confluencia con la calle Flota, donde fueron llevados varios residentes del cercano Centro de Día Santa Ana. En este punto hubo un nuevo relevo de costaleros y posteriormente se les dedicó a dichos usuarios del centro una levantá.
Con la marcha "Coronación" siguió la Pastora recorriendo la adornada calle Rodrigo de Triana, momento en que recibió desde un balcón una gran petalada. Además, pasó bajo un primer arco montado en la calle, sonando luego la marcha "Virgen de los Negritos". Con esta marcha el paso se recreó sin ganar metros, ya que se quería parar justo antes del segundo de los arcos instalados. Y es que para pasar por debajo se tenía prevista otra marcha, "La Pastora de Triana", y el lanzamiento de una enorme petalada sobre la Divina Pastora.
Posteriormente, cuando ya anochecía, el paso salió a la calle San Jacinto a los sones de la marcha "Jerusalén", una vez que se volvieron a encender los codales de los candelabros que se habían apagado con los pétalos.
Desde San Jacinto, la Pastora de Triana buscó pronto Alfarería y Antillano Campos, para seguir luego por Pagés del Corro y tomar de nuevo San Jacinto hasta el Altozano, regresando por la calle Pureza a Santa Ana, donde entró pasados algunos minutos de las doce y media de la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario