La Hermandad de Nuestra Señora del Prado está celebrando en este 2023 su LXXV aniversario. Por este motivo, la salida procesional del pasado sábado incluyó de forma excepcional una visita a la Catedral para que la Virgen tallada por Sebastián Santos para la hermandad sevillana de la Patrona de su pueblo natal, Higuera de la Sierra, se encontrara con la Patrona de la Sevilla y de la archidiócesis, la Virgen de los Reyes.
Pasadas las seis y media de la tarde comenzó la salida desde la Iglesia del Salvador, con un cortejo en el que se contó con la presencia de diversas hermandades de la sierra onubense, así como de varias sevillanas como Santa Lucía, la Salud de San Isidoro, la Paz, el Rocío de Sevilla, el Amor y Pasión. El acompañamiento musical volvió a correr a cargo de la Agrupación Santa Cecilia.
Desde el Salvador, la Virgen del Prado se encaminó primero hacia el Ayuntamiento para recibir el reconocimiento de la ciudad por estos 75 años de historia. Posteriormente, por la plaza de San Francisco, Hernando Colón y Alemanes, se dirigió a la Catedral.
Sonó "Oh, bendita Estrella" cuando el paso, adornado con rosas, margaritas, anastasias, lisiantus, solidago, nardos, yedra y eucalipto, pasó de Alemanes a Cardenal Carlos Amigo. En ella pudimos después escuchar una llamativa versión de "Pange lingua", el himno eucarístico de Santo Tomás de Aquino popularizado en los años 80 por el conocido grupo Mocedades.
El paso, comandado por José Manuel Palomo, se detuvo poco después de comenzar la interpretación, aunque no por ello fue interrumpida. Luego, la Virgen del Prado llegó a tambor a la plaza de la Virgen de los Reyes.
Cuando el paso estaba parado junto a la Giralda, se acercaron el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, y el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio de la Causa de los Santos, quien había presidido esa mañana en la Catedral la beatificación de veinte mártires católicos asesinados en los inicios de la guerra civil a causa de su fe.
El propio cardenal italiano fue el encargado de hacer sonar el llamador después de que los cofrades les explicaran a ambos de qué Virgen se trataba y por qué acudía este año a la Catedral. Sonó luego la marcha "Nuestra Señora del Prado", con la que el paso se dispuso a entrar por la Puerta de los Palos, siendo conducido ante la Capilla Real, en la que no entró el paso, pero sí todo el cortejo.
Durante bastantes minutos estuvo la Virgen del Prado mirando hacia la Patrona. Después hizo un giro de ciento ochenta grados para pararse ante los devotos, algunos de ellos venidos de los municipios onubenses cuyas patronas, por cierto, están representadas en los respiraderos del paso, en cuya cartela frontal está la Virgen de los Reyes con la reproducción incluso de su palio de tumbilla.
Cumplimentada la visita a la Patrona, la Virgen del Prado se dirigió nuevamente a la Puerta de los Palos para hacer su salida, que la hizo mientras sonaban las campanas de la Giralda. La Agrupación Musical Santa Cecilia interpretó entonces "Romance en el Salvador", marcha nueva compuesta por Pablo de Alba. Tras la composición, el paso siguió avanzando a tambor hasta alcanzar la calle Cardenal Carlos Amigo.
Tras un relevo de costaleros, comenzó una enorme chicotá que desde Cardenal Carlos Amigo condujo sin parar a la Virgen del Prado hasta el segundo tramo de Placentines, pasando por Alemanes y subiendo la Cuesta del Bacalao, y todo ello con la Agrupación Santa Cecilia, que tiene un muy buen nivel, enlazando las marchas "Saber que vendrás", "Virgen de la Luz", "Seres de luz" y "Querubines del cielo". Y después de una parada, llegó a la calle Francos con "El resurgir".
Con algo de celeridad, dado que el diputado de paso advertía de un retraso sobre el horario previsto, la Virgen del Prado afrontó las últimas calles de su itinerario, sonando aún en Francos la marcha "Melodías de aniversario". Luego, giró a Chapineros con "Dios está aquí" y, después de un relevo de costaleros, tomó Álvarez Quintero a los sones de "Oh, pecador" y "Pescador de hombres".
Posteriormente, fue el turno de las marchas "Cinco Llagas" y "Nuestro Padre Jesús de la Victoria", ésta alcanzando ya la plaza del Salvador.
A pocos metros de su templo, se produjo el último relevo bajo las trabajaderas y después volvió a escucharse "Romance en el Salvador". Con ella, el paso se acercó a la puerta y se volvió para dar la espalda al templo; luego se detuvo antes de afrontar la entrada.
Para la subida de la rampa hasta la puerta principal del Salvador, la Agrupación Santa Cecilia interpretó el final de la marcha "Nuestra Señora del Prado", enlazada con el Himno de España cuando faltaban cinco minutos para las once de la noche.
El paso fue conducido por la nave central hasta el lado derecho del presbiterio donde quedó detenido para el rezo de la Salve. Luego, José Manuel Palomo mandó la última levantá, a pulso como durante todo el recorrido. Ésta la dedicó a la hermandad, a la Virgen del Prado "y a todos los que hacen posible este milagro". Después, el paso se acercó algo más al retablo de la Virgen de las Aguas y quedó definitivamente detenido, culminando así la salida procesional de la devoción higuereña en Sevilla.
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