viernes, 17 de junio de 2022

CORPUS 2022: TRASLADO DE LA HINIESTA CON REFUGIO EN LOS TERCEROS


La Hermandad de la Hiniesta trasladó en la tarde-noche del miércoles, víspera del Corpus, a su Virgen gloriosa al altar de la plaza de San Francisco; un traslado en el que una leve llovizna hizo acto de aparición trastocando lo previsto y propiciando una breve estancia de la Virgen en la Iglesia de los Terceros, donde la cofradía de San Julián fue acogida por la Hermandad de la Cena.
Todo comenzó como siempre (como siempre, menos los últimos dos años), con la salida de la cofradía desde su parroquia a partir de las siete y media de la tarde. Es cierto que ya desde entonces se veía que el cielo no estaba completamente despejado, con una luz rara, pero nada hacía imaginar que, después de tanto tiempo sin llover, caerían unas gotas inoportunas durante el recorrido.
La Agrupación Musical María Santísima del Rocío, de la Hermandad del Beso de Judas, llegó a San Julián desde la zona de San Hermenegildo y pasó por delante de la puerta de la parroquia para dirigirse a Duque Cornejo. A continuación, se abrieron las puertas del templo y la cruz de guía de la Hiniesta dio paso al cortejo, formado por el guión de la juventud, la réplica del pendón de Sevilla, el guión de la Coronación Canónica, el estandarte corporativo, la presidencia y el cuerpo de acólitos.








Desde el presbiterio de la parroquia, el paso de la Virgen de la Hiniesta recorrió toda la nave central a las órdenes de la familia Ariza. La Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor ya había ocupado su lugar junto a la puerta a la espera de la salida; y cuando ésta se produjo, tocó el Himno Nacional. Luego el paso, adornado con gladiolos en las esquinas y diversas flores blancas en las jarras y el friso, se detuvo.
Rafael Ariza quiso dedicar la primera levantá en la calle a todo el barrio de San Julián. Así, con esta dedicatoria, el paso se levantó y comenzó a girar a su izquierda mientras la banda tocaba la marcha "Hiniesta Coronada".
















Antes de meterse por Duque Cornejo, el paso se paró y en la siguiente levantá hubo un problema con el bastón de alcaldesa honoraria que ostenta la Hiniesta Gloriosa, por lo que se le tuvo que retirar y ya no se le volvió a poner ni en el traslado del miércoles ni en la vuelta del jueves, aunque sí lo tuvo por la mañana durante el discurrir de la procesión eucarística.
Por tanto, sin su bastón siguió su camino la Hiniesta, adentrándose en la estrechez de Duque Cornejo con la marcha "Hiniesta, Pasión y Gloria". Más adelante, sonó "La Estrella Sublime" y después "Triunfal", composición con la que el paso giró a Bordador Rodríguez Ojeda.















El recorrido de ida continuó por Padre Manjón, por la que el paso se adentró con la marcha "Madre Hiniesta". Poco después, tuvo lugar el primer relevo de costaleros. A los que entraban bajo el paso en ese momento Rafael Ariza les recalcó que era la primera vez que iban a llevar a la Hiniesta tras dos años sin poder salir; además, quiso dedicar la levantá a las familias de todos ellos.
Con "Madrugá macarena" avanzó el paso por Padre Manjón, teniendo que sortear unos cables junto a la calle Santa Marina, colocados a una altura algo inferior a la del remate del baldaquino de plata de la Virgen.
En la puerta de la Iglesia de Santa Marina, en la calle San Luis, recibió a la Hiniesta Gloriosa una representación con su estandarte de la Hermandad de la Resurrección. Hasta ellos llegó el paso con la marcha "María Santísima de la Hiniesta", enlazada por la banda con "Aurora de Santa Marina" mientras el paso giraba y se acercaba a la puerta del templo. Cuando se detuvo, también lo hizo la banda cortando la marcha. 
Los cofrades de la Resurrección ofrecieron un ramo de flores que fue colocado sobre el paso. Hay que destacar, por cierto, que en los costeros llevaba unos faroles del paso de palio de la Hermandad del Carmen Doloroso.





























Con la marcha "Hiniesta de San Julián", el paso siguió adelante por la calle San Luis y posteriormente, mientras sonaba "El Corpus", se paró ante la puerta del Colegio La Salle-La Purísima, interrumpiéndose nuevamente la marcha. Quienes se encontraban en la puerta del centro rezaron el Ave María y luego la levantá se hizo por el colegio y por todos sus alumnos y profesores. Poco después, la Hiniesta continuó su camino con la marcha "Virgen de los Negritos" y salió a la plaza de San Marcos con "Coronación de la Macarena". 
En este punto comenzaron a caer algunas gotas que un costalero situado cerca del paso pareció confundir con las de algún aparato de aire acondicionado. Pero no, era una leve llovizna que se esperaba que no fuera a más. Con el paso parado ante la puerta de San Marcos, el capataz dedicó la levantá a la parroquia.

















Las gotas pararon y se intentó continuar con normalidad por la calle Bustos Tavera, a la que el paso llegó con la marcha "Triana de Esperanza". Sin embargo, poco después en esa misma calle volvieron las gotas, incluso con algo más de intensidad que antes. En este punto se puede decir que la Hermandad de la Hiniesta entró en estado de alerta; no tanto por lo que caía en ese momento, que no era apenas nada, como por las informaciones que llegaban sobre la lluvia que había en alguna localidad cercana a Sevilla.
Ya en ese primer momento se apuntó a la opción de refugiarse en Los Terceros, aunque por cercanía en primer lugar se pensó en el antiguo Convento de la Paz, sede la Hermandad de la Mortaja. Así, la Hiniesta se desvió del itinerario previsto cuando la cruz de guía ya estaba en Doña María Coronel y fue hacia la Mortaja, a la que llegó, ironías del repertorio, con la marcha "Virgen de las Aguas".
El paso se detuvo en la misma puerta de la cofradía del Viernes Santo, aunque se vio que el paso no podría acceder por sus medidas. El mismo hermano mayor de la Cena, Álvaro Enríquez, se acercó hasta el Convento de la Paz y entre todos acordaron que la cofradía se refugiara en Los Terceros.
Así, el paso se levantó y se dirigió con la marcha "Hiniesta Coronada" hacia la plaza de los Terceros, la rodeó y continuó por la calle Sol para entrar en el templo de la Hermandad de la Cena cuando la Banda de Mairena tocaba "La Estrella Sublime". 
Entró el paso y tras él todo el cortejo, incluyendo a los componentes de las dos bandas que acompañaban a la Hiniesta en su traslado. Una vez dentro, el paso se colocó en el lateral izquierdo del templo, cuyas puertas no se cerraron; sólo la reja exterior, por lo que desde fuera se pudo apreciar la curiosa estampa de ver juntos los pasos de la Hiniesta Gloriosa y del misterio de la Cena, perfectamente preparado para la salida del día siguiente.





















La Hiniesta entró en Los Terceros con el Himno de España cinco minutos antes de las nueve y media de la noche. Y cinco minutos antes de las once volvía a salir de nuevo con el Himno. En ese intervalo de tiempo se sucedieron las consultas a los partes meteorológicos para ver qué se podía hacer. Lo cierto es que no cayó una gota más y, aunque hubo quien fantaseó con que la Cena y la Hiniesta hicieran juntas sus respectivos traslados al amanecer, finalmente se optó por continuar hasta la plaza de San Francisco, pero modificando el itinerario.
De esta forma, la Hiniesta Gloriosa salió de Los Terceros y la banda interpretó "María Santísima del Subterráneo" en agradecimiento a la acogida brindada por la Hermandad de la Cena. Después, buscó de nuevo la plaza de los Terceros, donde sonó la marcha "Rocío" y con ella se internó por la calle Gerona, donde después sería el turno de "La Caridad del Arenal", composición interrumpida cuando el paso se paró casi en la esquina con Doña María Coronel.
Instantes después, giró a la izquierda en dicha calle con la marcha "Hiniesta", seguida luego por "Procesión de Semana Santa en Sevilla" y por "Pasan los campanilleros", con la que salió a la plaza de San Pedro.



















El paso aceleró por la amplitud de la calle Imagen hasta la plaza de la Encarnación a los sones de "Virgen de la Paz" y luego siguió a Laraña con "Aniversario macareno". La Hermandad del Valle recibió en la puerta de la Anunciación a la Virgen de la Hiniesta, que giró hacia su puerta mientras la banda tocaba precisamente "Virgen del Valle". 
Coincidió la llegada a este punto con las doce de la noche y con el apagado de la iluminación de la fachada del templo universitario. "Por la Hermandad del Valle y todos sus hermanos", dijo el capataz antes de tocar el llamador para que el paso se alejara de la Anunciación, lo que hizo con la marcha "Azul y plata". Después en Laraña sonó también, con el paso andando ya sin tantas prisas, "Encarnación Coronada", seguida por "Esperanza Macarena" tras un relevo de costaleros para entrar en la calle Cuna, donde la banda también interpretó "María Santísima de la O".











De Cuna, el paso de la Hiniesta giró a Cerrajería con "A ti, Manué", y avanzó luego casi hasta la esquina con Sierpes, calle en la que se internó con la marcha "Siempre la Esperanza". Después la Banda de Mairena comenzó a tocar "Triana", aunque interrumpió la composición cuando el paso se detuvo unos pocos segundos ante la puerta del Círculo Mercantil, donde la Hermandad del Rosario de Carrión de los Céspedes mantiene estos días abierta una exposición (ver) y además había montado un altar para la procesión del jueves. A continuación, el paso continuó con la marcha "María Santísima de la Hiniesta" por Sierpes, donde se detuvo junto a otro altar, el de la Hermandad de San Juan de la localidad de Pedrera. 
Por fin, mientras sonaba "El Corpus", la Hiniesta Gloriosa alcanzó la plaza de San Francisco y se dirigió al lateral ubicado junto a la fachada del Ayuntamiento. Tras una parada, el paso procedió a subir la rampa hasta el altar, lo que hizo mientras la Banda de Mairena enlazaba las marchas "La Estrella Sublime" e "Hiniesta Coronada".


















A la 1,25 de la madrugada ocupaba su lugar en el altar de la plaza de San Francisco la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Lamentablemente, hubo dos cosas que faltaron este año; por un lado, la coincidencia entre la subida al altar y el repique de campanas de la Giralda; ausencia con la que ya se contaba por el retraso provocado por el refugio en Los Terceros.
Pero lo que también faltó, y mucho se echó de menos, fue la interpretación en este momento de "Salve, Hiniesta" por parte de la banda y de la coral polifónica de la hermandad. En los últimos años, la bellísima composición de Manuel Marvizón se ha interpretado al coronar la Hiniesta su altar. Este año no ha sido así.
Por lo demás, allí quedó la Hiniesta Gloriosa a la espera de la procesión eucarística de la Catedral que iba a pasar ante ella a la mañana siguiente. El paso de Santa Ángela de la Cruz iba a ser el primero en llegar; y Santa Ángela estaba también presente en el altar de la Hiniesta, ya que justo delante del paso estaba la pequeña imagen que recibe culto en la Parroquia de San Julián.



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