miércoles, 1 de junio de 2022

LA DIVINA PASTORA DE CAPUCHINOS ENTRÓ EN LA PARROQUIA DE SAN JULIÁN


Si el pasado 21 de mayo salía a las calles la Divina Pastora de San Antonio (ver), este domingo fue el turno de la Pastora de Capuchinos, que realizó una salida procesional muy especial, con un itinerario que la llevó a visitar la Parroquia de San Julián y a discurrir por algunas de las calles del otro lado de la Ronda Histórica, algo no habitual en el recorrido anual de esta corporación.
Temprano, a las seis de la tarde, comenzó la salida con la participación de la Agrupación Musical María Santísima de las Angustias, de la Hermandad de los Gitanos, que interpretó la marcha "Creo en Jesús" para dar inicio a la procesión.
El cortejo, en el que se encontraban representaciones de otras corporaciones pastoreñas, como la de Triana, la de San Antonio y la de Cantillana, evitó pisar en el atrio del Convento de Capuchinos la alfombra de sales que se colocó en el suelo con motivo del centenario del acto de coronación que realizó el 22 de mayo de 1921 el obispo de Ostracine, Inocencio Dávila, sobre la imagen, y que en 2004 obtuvo la consideración de Coronación Canónica por parte del Cardenal Carlos Amigo.








No tardó en salir del templo el paso de la Divina Pastora, que atravesó el dintel con el granado tumbado en la trasera para, inmediatamente, recuperar la verticalidad. La Asociación Filarmónica Cultural Santa María de las Nieves de Olivares tocó el Himno de España en el momento de la salida.
Luego el paso se detuvo y a continuación volvió a levantarse para, a las órdenes del capataz, Francisco Carlos Valdés Ruiz, avanzar por la alfombra de sales mientras sonaba el Himno del Centenario de la Coronación, cantado por el propio coro de la hermandad. Posteriormente, el paso salió a la Ronda atravesando el característico arco del convento a los sones de la marcha "Pastora de Capuchinos".
Llamaba la atención el colorido exorno floral del monte del paso, compuesto por distintas especies, tales como anthurium, iris, rosas, calas, margaritas, lathyrus, eryngium y tanacetum.
























La Divina Pastora presentaba algunos estrenos en esta salida procesional, como una cotilla bordada en oro por Maravillas Fernández sobre malla de encaje de bolillos de punto de torchón de Alfonso Aguilar. También era novedad un broche, mientras que el Divino Pastorcito estrenaba una chaquetilla bordada en oro también por Maravillas Fernández. Todo ello procede de diversas donaciones de hermanos costaleros y devotos.
Por otra parte, sobre el paso pudo verse una nueva oveja realizada en barro por Rubén Terriza, dorada por Ana Galiano, estofada y policromada. Esta oveja sigue el estilo de las demás, obra de Sebastián Santos, y se inspira en una que hasta mediados del pasado siglo XX tenía la imagen.
Con la marcha "La Esperanza de Triana", la Pastora de Capuchinos accedió a la Puerta de Córdoba, donde la esperaba una representación de la Hermandad de San Hermenegildo. El capataz olvidó dedicarles la levantá tras parar frente a ellos, pero corrigió inmediatamente el despiste al decirles: "No ha ido por ustedes, pero que es para ustedes".
Después, tras una chicotá a tambor, la siguiente levantá fue por la Asociación Los Zancos de Badajoz, de la que estaban presentes algunos de sus miembros.






















El paso continuó por este novedoso itinerario girando a la calle Fray Diego de Cádiz con la marcha "Aniversario macareno". Pronto abandonó esta calle, ya que unos metros más adelante tomó la calle Sorda, a la que llegó con "Rocío".
Ésta era una de las calles del recorrido que se encontraban adornadas con farolillos, lo que vaticinaba  un momento destacado. De hecho, pocos minutos después la Pastora comenzó a caminar mientras la Banda de las Nieves tocaba "Dolores del Cerro" y desde los balcones caía una gran petalada.


























El paso se paró en la misma esquina con la calle Macasta, por la que después avanzó con la marcha "Esperanza de vida", a la que seguirían "La Caridad del Arenal" y "Virgen de la Paz", ésta ya en el giro a la plaza de San Julián.
De esta forma, como la Virgen de la Aurora justo una semana antes (ver), la Pastora de Capuchinos fue acercándose a la Parroquia de San Julián, parando junto al retablo cerámico de la dolorosa de la Hiniesta.



























El cortejo al completo entró en la parroquia, como después hizo el paso de la Pastora mientras la Banda de las Nieves tocaba "Azul y plata", una de las marchas de Manuel Marvizón dedicadas a la Hiniesta. El paso accedió al templo y recorrió toda la nave central hasta detenerse en el presbiterio.
Los cofrades de la Pastora, así como los de las hermandades de la Hiniesta y el Rosario de San Julián, cantaron la Salve y de parte de ambas corporaciones se ofrecieron sendos ramos de flores que se colocaron sobre el paso.
El capataz tocó el llamador y la levantá se dedicó a la Parroquia de San Julián y a sus hermandades. Después se dio la vuelta y avanzó algunos metros en dirección a la puerta ojival hasta detenerse mientras el cortejo volvía a formarse para salir a la calle.











El paso salió de San Julián y la banda interpretó la marcha "La Pastora de Sevilla". Con ella, se acercó hasta la puerta del Convento de San Cayetano, desde cuya azotea se lanzó una nueva petalada sobre la imagen, que después continuó buscando la calle San Hermenegildo, a la que giró a los sones de "Coronación".












La Divina Pastora de Capuchinos continuó con su recorrido para cruzar la Ronda y buscar algunas de las calles tradicionales de sus salidas procesionales, entre las que no pudo faltar Antonio Machín, punto destacado cada año. Después, sobre las doce de la noche, regresaría al convento para poner el punto final a la segunda procesión pastoreña de este año.

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