viernes, 24 de octubre de 2025

LA SOLEDAD. 225 AÑOS DE DEVOCIÓN


La imagen de Nuestra Madre y Señora de la Soledad, titular de la Hermandad de la Soledad de Jerez, ha cumplido 225 años desde que fuera tallada por José Fernández Guerrero. Con motivo de esta efeméride, la corporación del Viernes Santo ha organizado una exposición que puede ser visitada hasta mañana, sábado, en los Claustros de Santo Domingo y que tiene como título "La Soledad. 225 años de devoción".
Recibe al visitante en la sala dedicada a esta muestra una fotografía de la Virgen en su paso de palio por la calle Porvera, realizada por Esteban Abión y presentada dividida en varios rectángulos.


Pero si hablamos de los enseres expuestos, el primero, de gran interés, es la primitiva Soledad jerezana, una imagen de candelero de barro policromado de la segunda mitad del siglo XVI, aunque la policromía ha sufrido distintas alteraciones con el paso del tiempo. A comienzos del siglo XIX fue sustituida por la imagen actual, y hoy se encuentra en el Convento de las Hermanas Mínimas de la Purísima Concepción, donde permanece en la clausura del cenobio, lo que hace aún más importante su presencia en esta exposición. Sólo una vez al año, en enero, la Virgen se expone en la iglesia del convento y la hermandad celebra ante ella el rezo de la corona dolorosa, manteniendo así los lazos de la corporación penitencial con la que fue su titular.
La antigua Virgen de la Soledad se expone sobre la peana procesional de la actual, obra de Villarreal labrada en metal plateado en los años cincuenta del pasado siglo XX. Detrás se sitúa un antiguo techo de palio bordado en aplicación sobre terciopelo negro por las Carmelitas de Jerez en la segunda mitad de los años veinte. Y en los laterales hay dos reposteros de tela pintados en acrílico por Juan del Castillo Sola en 2014; elementos que se ponen en la fachada de la Iglesia de la Victoria en Semana Santa y en otras ocasiones destacadas.













Vemos a continuación la saya de terciopelo burdeos confeccionada por Jesús Rosado en 2017 utilizando para ello parte de los bordados de las antiguas caídas del palio de la Soledad, bordadas por las Carmelitas en 1943 y reproducidas en 1994 por Rosario Bernardino.


El paso de palio cuenta con unos llamativos candelabros de cola de plata de ley realizados en 1958 por Cayetano de la Calle. Uno de ellos forma parte de esta muestra.








Encontramos ahora una vitrina en la que se exponen varios enseres. El más destacado es la corona procesional de la Soledad, obra en plata sobredorada de Emilio Landa, bendecida por el Cardenal Segura el 7 de abril de 1946.




A su lado hay un fajín de hebrea confeccionado con tejidos, galones y flecos del siglo XIX.


Se expone también un broche isabelino-alfonsino de autor desconocido de finales del siglo XIX o principios del XX. Está realizado en oro, diamantes y esmalte negro.


Junto a éste observamos un par de lazos de oro y esmeraldas de finales del siglo XVIII o principios del XIX. Su estilo casa con el de algún obrador andaluz, probablemente cordobés.


Nos detenemos ahora en un encaje de Alençon de punto de aguja del siglo XIX.


Seguimos con el alfiler de palmetas con una cruz. Es de oro, diamantes, esmeraldas y posibles zafiros azules. Es de un autor desconocido de la primera mitad del siglo XX.


Vemos igualmente un rosario con el escudo del Papa Juan Pablo II.


Junto al rosario se encuentra un tul de hojilla del siglo XIX.


Del mismo siglo es otro tul, éste de flores de Bruselas con punta de encaje de frivolité.


Del escultor Manuel Alejandro Olivera de Perea son unas manos entrelazadas de barro, realizadas en 2005 tomando como modelo las de la Virgen de la Soledad, incluyendo un clavo entre ellas.


Un año después, Pedro Bernal Cardoso 'Quico' hizo una obra similar en barro policromado.


La vitrina finaliza con otro encaje del ajuar de Nuestra Madre y Señora de la Soledad.


En la sala vemos otras dos vitrinas con diversos documentos de interés, como un antiguo contrato de la hermandad con el capataz Manuel Olmedo, una carta adjunta de un cheque por el acompañamiento musical de las bandas del Cuartel de Instrucción de Marinería de Cádiz el Viernes Santo de 1964, el contrato de ejecución del palio, una antigua foto del paso de misterio del Descendimiento, una convocatoria de cultos de 1961, varias fotografías antiguas, algunos artículos de prensa, el presupuesto de 50.000 pesetas por los candelabros de cola, una copia de las ordenanzas de la cofradía de 1943, una hoja que hace constar el donativo de una peseta para el retablo cerámico de la Soledad, un romance dedicado a la dolorosa, una carta del taller de Sobrinos de Caro sobre el pago del techo de palio y una reproducción del azulejo de la fachada de la Iglesia de la Victoria.





















En otro lugar de la sala se muestran una foto de la firma del autor de la Soledad y una papeleta de sitio del vía matris extraordinario celebrado por la hermandad con su dolorosa el pasado mes de abril. Fue realizada por Juan Antonio del Castillo Muñoz con tableta gráfica y lápiz digital.



Continuamos con la imagen de María Salomé de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor. Su presencia en esta exposición se debe a que la imagen, de autor desconocido, fue adquirida en 1903 en Barcelona por la Hermandad de la Soledad como Santa María Magdalena para un paso que iba antes de la dolorosa y en el que procesionaba al pie de la cruz. Formó parte del cortejo de la Soledad durante al menos una década, pasando años después a la cofradía del Amor, donde permanece como María Salomé en su paso de misterio.






Los antiguos bordados de las caídas del palio de las Carmelitas de Jerez también se utilizaron para otra saya, ésta de terciopelo negro, realizada en 2017 por Alberto Florido.


Seguimos con una foto de la Soledad en el palio de ocho varales en que procesionaba a finales del siglo XIX, un poema de Ángel Rodríguez Aguilocho incluido en su pregón del CDL aniversario fundacional de la hermandad (2014) con una foto de la Soledad bajo unas caídas que fueron de la Candelaria de Sevilla, y la papeleta de sitio de Juan Antonio del Castillo Sola para la participación de la Soledad en la Magna Mariana de hace un año (ver).




Pasamos a otra vitrina, en la que se muestra en primer lugar la Medalla de Oro de la Ciudad de Jerez, otorgada por el Ayuntamiento en 2014 a la hermandad con motivo de su CDL aniversario fundacional.



Al lado está el expediente de solicitud de la Coronación Canónica de la Virgen de la Soledad, compuesto por 22 tomos, ejerciendo de instructor Borja Alfaro Infante.


Vemos también varias distinciones, como la Medalla de Suboficial a la Constancia Militar, la Cruz del Mérito de la Guardia Civil y la Medalla del Parlamento de Andalucía.


La Soledad cuenta igualmente con un fajín rojo de General de División, donado en 2002 por Ricardo Yuste Martínez.


En esta vitrina hay un espacio dedicado al poeta Antonio Gallardo, autor de varias composiciones dedicadas a la Soledad. Se pueden ver algunas de estas obras, la medalla de oro de la hermandad o el premio Ciudad de Jerez que el poeta recibió y la familia ha donado a la Virgen.


A continuación se muestra la partitura de la marcha "Nuestra Señora de la Soledad" (1955) y una figura en barro policromado de su autor, Andrés Muñoz Rivera, modelada por Martín Vergara.


Y concluye lo expuesto en la vitrina con tres fajines: uno donado por la Banda de Cornetas y Tambores de la Caridad, que acompaña cada Viernes Santo al paso del Descendimiento; otro de Oficial donado por Manuel Montes Mira; y otro de Estado Mayor del mismo donante.


Continuamos con la saya de tisú de plata bordada en oro y sedas por Esperanza Elena Caro en 1946.


Nos detenemos ahora en el palio de la Soledad, del que vemos en este punto de la exposición las caídas, el techo, los varales y las jarras. El techo, de terciopelo color amatista bordado en oro y sedas, fue obra del taller de Esperanza Elena Caro en 1954. Las caídas, como queda dicho, son de malla bordada también en oro y sedas por Rosario Bernardino en 1994, reproduciendo las anteriores, de las Carmelitas de Jerez (1943), con diseño de Enrique Hernández. En cuanto a los varales, son de plata cofradiera y los realizó en 1954 Manuel Rodríguez Pérez.
















Acudimos a otro rincón de la sala para ver dos fotos antiguas; una de ellas del proceso de limpieza de la candelería en la puerta de la Iglesia de la Victoria y otra del palio de la Soledad en la noche del Viernes Santo por la Porvera. Y junto a ellas, se ve la papeleta de sitio del rosario vespertino extraordinario celebrado el pasado 27 de septiembre, diseñada por Juan Antonio del Castillo Muñoz.




Observamos ahora un curioso panel en el que, con diversas fotografías, vemos la evolución que ha tenido el paso de palio de Nuestra Madre y Señora de la Soledad desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.


A continuación, hay varias obras pictóricas de la Soledad. En el orden expuesto vemos uno de Iván Suazo en grafito, rotuladores y espray sobre papel (2025); otro de Miguel Ángel Segura en pastel sobre papel (2025); del mismo autor hay uno pintado a lápiz y tiza sobre papel (2015); otro igualmente de Segura de pastel sobre papel (2016); un dibujo en técnica mixta de José Luis Marín (2024); volvemos a Miguel Ángel Segura con otra obra en técnica mixta sobre tela (2003); y un óleo sobre tabla de Nuria Hurtado realizado expresamente para esta exposición.








Capítulo aparte merece la presencia de un tatuaje hecho sobre piel sintética por el tatuador Alberto Aucha Gómez, que remató su obra el día de la inauguración de esta muestra. Lo curioso, además del formato y la técnica de esta obra, que es un retrato del rostro de la Soledad, es que los visitantes pueden optar a hacerse con ella a través de su participación en un sorteo. Cada participación se vende a tres euros que serán destinados íntegramente a la bolsa de caridad de la hermandad.


Continuamos con el manto de salida de la Virgen de la Soledad, de terciopelo negro bordado en oro y sedas de colores por Esperanza Elena Caro en 1947, siendo restaurado en 2021 por Jesús Rosado Borja.








Seguidamente, se muestra el frontal de los respiraderos del paso de palio estrenados en 1941 y realizados en metal plateado por Manuel Seco Velasco. Poco después, en 1954, fueron vendidos a la Hermandad de Santa Marta, donde aún hoy siguen formando parte del paso de palio de Madre de Dios del Patrocinio.




Y del antiguo frontal de los respiraderos al actual, bordado en oro y sedas sobre malla por las Carmelitas de Jerez en 1954. El faldón, de las mismas autoras y año, está bordado sobre terciopelo negro, mientras que el baquetón y las maniquetas son de metal plateado, obra de Manuel Rodríguez (1954).












Volvemos a ver algunas obras pictóricas dedicadas a la Soledad: un óleo sobre lienzo de Alonso Gómez (2009); un dibujo a grafito sobre papel de José Miguel González Morales (2021); una obra pintada a pastel sobre papel por Miguel Ángel Segura (2014); y una pintura al óleo de Antonio Lara (2014).





Vemos por otro lado un conjunto formado por el manto y la saya de estilo isabelino, bordados en oro sobre terciopelo negro y seda, respectivamente, en el siglo XIX, y una cotilla bordada en oro sobre malla por Rosario Bernardino en 1994.


Nos encontramos ahora ante la última vitrina de la exposición, donde se muestra una diadema de plata sobredorada de los años cuarenta del siglo pasado.


Junto a ella, unas manos entrelazadas de Luis Ortega Bru (1957), autor del misterio del Descendimiento, con el clavo de autor anónimo de oro, plata, diamantes y un rubí o espinela, de la década de los cincuenta, y un pañuelo del siglo XIX de encaje de frivolité.


Vemos también una convocatoria de cultos de mediados del siglo XIX.


Observamos un corazón con siete puñales de plata y plata dorada cincelada a mano por Antonio García Falla en 2015.


Al lado está bordado el que era el escudo de la hermandad hasta finales del pasado siglo XX, con un diseño más sencillo que el actual.


Continuamos con una palma de oro, un cordón florentino y un broche de oro con la advocación de la dolorosa.


A su lado hay varias joyas del ajuar de la dolorosa, como una sortija de oro, unos pendientes pandereta de Rosa Francia, una cruz de Santiago de oro y rubíes, y una medalla de oro de la Esperanza de la Yedra (2002).


En la parte baja de la vitrina vemos un pañuelo de encaje de Lyon con interior de seda natural beige del siglo XIX; otro de encaje de guipur sobre seda del siglo XX; otro del XIX de encaje duquesa; uno de encaje de Bruselas también del XIX; y un clavo de mediados del siglo XX donado por una familia.




Y sorprende una réplica muy conseguida de la Soledad realizada por Escaneamos-3D y policromada por Bruno Díaz este mismo año.


Pasamos a diez obras pictóricas más dedicadas a la Soledad: una a grafito sobre papel (Tomás Terán, 2018); una acuarela de González Infante (2025); un óleo sobre lienzo (Luis Márquez, 2019); un óleo sobre tela encolada (Tomás Terán, 2025); una obra a pastel sobre papel (Nuria Hurtado, 2019); otra de grafito y pan de oro sobre tabla (José Miguel González Morales, 2019); un óleo sobre tabla (Nuria Hurtado, 2008); un óleo sobre lienzo (Emilio Vadillo Caballero, 2002); una obra titulada "Sollozo", realizada con las técnicas transfer, carboncillo y gouache sobre madera (José Miguel González Morales, 2025); y un óleo sobre lienzo (José Lorenzo Gallego 'Jologa', 2025).











A continuación, se pueden ver cinco carteles oficiales de la Semana Santa de Jerez protagonizados por la Soledad; cuatro fotográficos y uno pictórico. Son los de 1962 (Eduardo Pereiras), 1977 (Diego Romero Fabiere), 1989 (Carlos Larios), 1997 (Carlos Larios) y 2013 (Antonio Lara).






Al lado está el cartel de la Semana Santa de 2024 editado por la propia hermandad, realizado en acrílico sobre lienzo por Juan Antonio del Castillo Muñoz.


"El llanto de la Soledad" es el nombre del cartel conmemorativo del CCXXV aniversario de la Virgen de la Soledad, pintado al óleo sobre lienzo por Tomás Terán.


De cara al futuro patrimonial más inmediato de la hermandad, se muestra un diseño de manto y saya de Jesús Lagares Díaz, que serán una realidad próximamente.


Nos detenemos ahora en el logotipo del CCXXV aniversario, un diseño digital vectorial de Juan Antonio del Castillo Muñoz.


Al lado se encuentra la plegaria de la Soledad compuesta en 1977 por Antonio Gallardo Molina. Se puede leer aquí, pero también se puede escuchar en un vídeo en el que una mujer se la canta a la dolorosa en el interior de la Iglesia de la Victoria. En este vídeo igualmente se ven fotos con la marcha "Soledad de Madre", de Jerónimo Sánchez Llama, de fondo.


También se puede ver un cuadro con una foto de la Soledad enmarcada y dedicada a los floristas Hermanos Olmedo.


Y llegamos al final de la exposición, donde vemos la letra de otra composición de Antonio Gallardo Molina, ésta titulada "Por la Porvera camina" (1971).


La exposición se completa por otra parte con una serie de paneles dedicados, por ejemplo, a la antigua imagen de la Soledad, al autor de la actual, a los orígenes de la hermandad, al patrimonio musical o al retablo cerámico realizado en 1944 por Cerámica Santa Ana.
En definitiva, se trata de una interesante muestra dedicada a una gran dolorosa jerezana, a la Reina de la Porvera, que va en un precioso paso de palio detrás del que probablemente sea el conjunto escultórico más impresionante de Luis Ortega Bru. Una hermandad, por tanto, de las grandes, la cofradía de raso morado y negro que cierra el Viernes Santo.

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