El Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, de la Hermandad del Valle, ha estado expuesto en besapié este fin de semana en la Iglesia de la Anunciación, donde ha estado ubicado sobre la alta tarima situada en el presbiterio y en la peana de cultos estrenada hace cinco años.
En esta ocasión, el Cristo que tallara Agustín de Perea tenía la clámide roja, bordada en oro por Antonia Bazo en 1805, así como las potencias de salida, labradas por Manuel Valera en 2007. En la cabeza tenía corona de espinas y con la mano derecha sujetaba la caña. Junto a la imagen estaban los cuatro faroles de su paso de misterio, y más hacia los extremos cuatro jarras con diversas flores rojas de forma cónica y bicónica, como rosas, claveles, calas y tulipanes, que también estaban a los pies del Señor sobre la peana.
En el centro de la tarima se dispuso la alfombra que se estrenó en 2020, y al fondo se alzaba un altar con tres doseles. El del centro, el más grande, cobijaba la reliquia de la Santa Espina que atesora esta corporación del Jueves Santo, mientras que los laterales tenían ante sí diferentes enseres.
Iluminaban el altar diversos candeleros con cera de color verde, y entre ellos había un crucifijo, pequeñas jarras con las mismas flores mencionadas y un frontal de altar de plata con la heráldica de la cofradía en el centro.
Diversos blandones de madera dorada con cirios verdes y algunos centros florales, colocados en el suelo en la parte delantera de todo el conjunto, completaban el montaje de este altar de besamanos al Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas.


























No hay comentarios:
Publicar un comentario