De esta forma, el Cristo de la Bondad se quedó sin salir a las calles a recorrer un itinerario del que lo más destacado cada año es, al igual que ocurre en julio con la Virgen del Carmen, la visita al Hospital Virgen Macarena. Es la primera vez desde que la hermandad celebra la procesión con el nazareno que ésta tiene que ser suspendida por el mal tiempo.
El paso, dirigido por Pedro Velázquez, se movió durante un rato en el interior del templo a los sones de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, encargada del acompañamiento cada año. Además, se produjo el saludo del Cristo de la Bondad a la Virgen del Carmen con el que habitualmente se cierra la procesión.
Hay que indicar que este año se estrenaba una pequeña talla de San Benito Abad realizada por el joven imaginero Enrique Calero y donada por una devota. Esta imagen ocupaba la capilla trasera del canasto.
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