Con este motivo, el azulejo, pintado por Alfonso Córdoba en la fábrica de Pedro Navia y bendecido en la Cuaresma de 1943, estará oculto entre andamios durante el mes y medio que se prevé que duren los trabajos que lleva a cabo la empresa Alféizar, con la colaboración de Ferrovial y Helvetia.
Este retablo cerámico, de gran interés artístico, vino a sustituir a otro anterior que se encontraba en el mismo lugar.
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