Vestía el manto y la corona de salida, además de la saya blanca de Fernández y Enríquez. En el pecherín llevaba prendidos el enorme broche con el escudo de la hermandad y la réplica de la Medalla de la Ciudad.
Además, la Virgen de Gracia y Esperanza lució por vez primera el fajín de seda morado que perteneció al Beato Marcelo Spínola y que a comienzos de este mismo año fue donado a la dolorosa por la Congregación de Esclavas del Divino Corazón.
El exorno floral estaba conformado por claveles rosas, mientras que se dispusieron también varios candeleros con cirios y los candelabros de guardabrisas entrevarales del paso de palio.
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