Ese día, la dolorosa saldrá en su paso de palio del Santuario hasta la Catedral en rosario de la aurora. El arzobispo, Juan José Asenjo, presidirá un pontifical y por la tarde tendrá lugar la triunfal procesión de regreso.
La noticia es buena para la Hermandad de los Gitanos, que además vivirá en febrero también la salida extraordinaria del Señor de la Salud en el vía crucis del Año de la Fe, y para los cofrades. El permiso, además, es justo con la cofradía después de que en 2009 la Esperanza de Triana saliera también de forma extraordinaria por el mismo motivo, como así también ocurrió con la Macarena en 1989 y ocurrirá en 2014 por el 50 aniversario.
Pero, claro, otras comparaciones no parecen tan justas y ya hay quien habla de hermandades de primera y de segunda. El año pasado la Hermandad de las Siete Palabras cumplió medio milenio de historia, y aunque se realizó una procesión eucarística extraordinaria (al fin y al cabo la que cumplía 500 años era la Hermandad Sacramental de San Vicente), el Arzobispado denegó la salida del paso de misterio porque "cumplir 500 años no es motivo para celebrar una procesión extraordinaria" (Teodoro León dixit).
Y tampoco se ha permitido este año a la Hermandad de Padre Pío sacar a las calles a la Virgen de la Divina Gracia al cumplirse los 25 años de su llegada al barrio. Ni a Torreblanca se le permitió la celebración de un vía crucis extraordinario con el Señor Cautivo, aunque el misterio también estará en febrero en el del Año de la Fe.
Lo lógico sería que hubiera igualdad o que los criterios de aceptación de salidas extraordinarias estuvieran claros para las hermandades, de forma que todas supieran de antemano si se le concedería o no su petición para evitar así las negativas y las frustraciones.
Mejor será, en cualquier caso, no quejarse mucho, no vaya a ser que desde el Arzobispado se opte efectivamente por la igualdad, pero por lo bajo, no aceptar ninguna salida, en lugar de por lo alto, aceptarlas todas. Enhorabuena a la Hermandad de los Gitanos.
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