La Virgen de la Salud, vestida de hebrea, y San Juan Evangelista eran testigos desde el altar de la gran devoción que el Soberano Poder tiene entre los cofrades y vecinos del Barrio León.
En diversos puntos del altar y rodeando al Señor se dispusieron diversos candeleros de color rojo sacramental, y centros y jarras con flores de diversas especies. También formaron parte del montaje algunas cartelas del antiguo paso de misterio de esta corporación del Lunes Santo.
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