Vestida completamente de blanco, el color del hábito mercedario, salió a las calles el pasado sábado Nuestra Señora de las Mercedes, titular de una de las corporaciones de gloria de mayor peso y que arrastran a un buen número de devotos y cofrades por las calles de la Puerta Real y del barrio de San Vicente.
La vestimenta era precisamente uno de los principales estrenos de este año, formada por escapulario bordado en oro por Mariano Martín Santonja y manto de tisú de plata realizado, al igual que el traje del Niño Cautivo, por María Dolores y Vicente Ramos Cadaval.
La cofradía salió a las calles a las siete y media de la tarde en dirección a la Capilla del Museo, donde la cofradía decana del Lunes Santo la recibió como cada año. El cortejo lo abría la cruz de guía y faroles. Detrás iba una representación de la Hermandad del Juncal y de las Siete Palabras, y a continuación otro estreno, el pasado de los bordados del estandarte de la Hermandad de las Mercedes, que era de terciopelo burdeos, a tisú de plata.
Del paso de la Virgen de las Mercedes, guiado por Pepe Monge y Francisco Loza, llamó especialmente la atención el variadísimo y colorido exorno floral, que estaba compuesto de rosas, nardos, margaritas, gerberas y astromelias.
El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música de La Puebla del Río, que ofreció un repertorio muy cuidado de marchas muy conocidas y otras que no son tan interpretadas habitualmente en las calles.
Por Alfonso XII, tras visitar el Museo y San Vicente, avanzaba la Virgen de las Mercedes con decisión y rodeada de mucha gente que se concentraba alrededor del paso, bastante apagado por esta zona por el viento que por momentos se levantaba. "Virgen de la Paz" y "Virgen de los Estudiantes" fueron las marchas escogidas en este lugar.
Seguidamente, la Virgen de las Mercedes continuó por Santa Vicenta María. Allí esperaban las hermanas del Centro María Inmaculada, ante cuya puerta el paso se volvió a los sones de la marcha "Merced" y, tras los cánticos de las religiosas, siguió adelante con "Cristo de la Presentación".
La revirá hacia Virgen de los Buenos Libros la realizó el paso mientras la Banda de La Puebla del Río tocaba "Mater mea", una de las grandes composiciones de Ricardo Dorado. Posteriormente, Pepe Monge dedicó una levantá a las camareras de la Virgen de las Mercedes, que previamente habían aprovechado para hacerse una foto ante el paso.
Más adelante, la Virgen de las Mercedes pasó por segunda vez delante de la Parroquia de San Vicente, en este caso con la marcha "María Santísima del Subterráneo", con la que siguió hasta quedar detenido el paso en la esquina de las calles Cardenal Cisneros y San Vicente.
A partir de ahí, la Virgen de las Mercedes avanzó algunos metros por la calle San Vicente hasta la Plaza de Rull, donde se internó con la marcha "Palomita de Triana", y a la que siguió ya en dicha plaza "Macarena" de Abel Moreno.
Esperaban ya las callejuelas del barrio, adornadas con farolillos, reposteros y pancartas; unas calles que el año pasado se quedaron con las ganas debido a la lluvia que obligó a la hermandad a refugiarse en la Capilla del Museo y regresar posteriormente a su capilla de la Puerta Real. Este año, sin embargo, la Virgen de las Mercedes pudo completar su itinerario, haciendo disfrutar a quienes la contemplaron de una de las cofradías con más solera del calendario glorioso.
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