Esta pequeña capilla, que reabrió sus puertas tras una restauración a finales de 2011 y en la que, como se indica en la cabecera del lado del Evangelio, tomó el hábito terciario franciscano el Beato Marcelo Spínola, Cardenal de Sevilla, está presidida por una pequeña talla de la Virgen atribuida a los primeros años de la producción de José Montes de Oca, en el primer tercio del siglo XVIII, mientras que el Niño Jesús que lleva en sus brazos podría deberse a Felipe de Ribas.
La Virgen de la Aurora se encontraba a los pies del retablo principal de la capilla y vestía manto azul liso, saya roja con algunas flores bordadas y toca de sobremanto. En cuanto al Niño, estrenaba una túnica también roja realizada por Antonio Periáñez y donada por un grupo de devotos.
Además, ambas imágenes lucían sendas coronas plateadas y la Virgen contaba además con una ráfaga y estaba subida sobre una peana doble.
Flanqueaban a la imagen seis blandones con cera blanca y varias jarras compuestas por una variedad floral de tonos rosas. Asimismo, varias rosas del mismo color fueron dispuestas a los pies de la talla, junto a la media luna.
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