Para esta ocasión, la Hermandad de San José Obrero cedió el manto rojo bordado de la Virgen de los Dolores. Además, la Virgen de la Divina Gracia vestía una saya blanca y llevaba la corona de salida. Asimismo, en su mano izquierda sostenía el rosario que el año pasado le regalaron las hermandades de vísperas con motivo del XXV aniversario de su bendición.
La Virgen que tallara Luis Álvarez Duarte estaba sobre una peana de madera entre candeleros y jarras con claveles blancos, flores que también aparecían detrás. El camarín contaba con un trono colocado sobre la peana del paso de palio en el que la dolorosa sale a las calles cada Viernes de Dolores, velas rizadas, dos varales y la bambalina frontal. También formaban parte del montaje los candelabros de cola del mismo paso, los faroles entrevarales y los respiraderos del palio de la Virgen del Amor, de la Hermandad de Pino Montano.
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