Este culto tan especial tuvo lugar en la Capilla de los Ángeles, situada en el patio del Convento de Capuchinos, con un montaje muy sencillo en el que la Pastora se encontraba vestida con una túnica blanca y una mantilla que le cubría la cabeza y los hombros. La acompañaban el Divino Pastorcito y el conocido como Borrego del Ave María, que también han sido restaurados.
La labor de Fernando Aguado ha consistido fundamentalmente en la recuperación de la policromía original allí donde ha sido posible, ya que la talla de la Pastora presentaba numerosos repintes, hasta el punto de llegar a tener las manos con una policromía más oscura que el rostro. Sólo se ha mantenido el repinte realizado en 1982 por Francisco Buiza en el cuello, ya que no presentaba el aspecto desvirtuado de otros repintes anteriores y posteriores. En los pies se han retirado las sandalias simuladas que tenía la imagen, muy afectada en esta zona por suciedad y roces.
En cuanto al Divino Pastorcito, atribuido a Cristóbal Ramos, además de la limpieza de la policromía se han sellado varias grietas que afectaban a la estabilidad de la talla. Por último, el Borrego, realizado por Sebastián Santos, tenía también algunas fisuras, suciedad y pérdida de policromía, principalmente en la cabeza.
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