María Santísima de la Amargura Coronada estuvo expuesta este fin de semana en besamanos, coincidiendo además con el LX aniversario de su Coronación Canónica. Para este culto, la dolorosa de San Juan de la Palma estaba en el altar del templo, sobre una peana de madera dorada. Vestía el manto de salida, de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, y saya de tisú, además de la corona de oro de Cayetano González. Sobre el pecherín destacaba una cruz pectoral, mientras que de la saya colgaba un rosario de Madre María de la Purísima con motivo de su canonización el próximo año.
Tras la Virgen de la Amargura, un cortinaje rojo cubría el retablo mayor y delante de éste se situó el dosel de cultos de la cofradía del Domingo de Ramos. Los ciriales, sujetos a la reja que separa el presbiterio del resto del templo, un gran centro floral con especies blancas, varias jarras y candeleros del paso de palio, y una gran alfombra con la heráldica de la hermandad completaban el montaje.
Durante el besamanos, la imagen de San Juan Evangelista permaneció en el
retablo de Ánimas, en la nave del Evangelio de San Juan de la Palma.
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