La Hermandad de la Estrella celebró el pasado sábado el traslado de sus imágenes titulares, el Señor de las Penas y María Santísima de la Estrella, desde su capilla de la calle San Jacinto a la Parroquia de Santa Ana, donde tienen lugar, hasta el domingo, los cultos cuaresmales en su honor.
Eran cerca de las ocho y media de la tarde cuando las puertas del templo de la Estrella se abrían para dar comienzo a un traslado que, pese a lo corto del recorrido, se prolongó durante cerca de dos horas, debido a que este año, como novedad, se rezó el vía crucis junto a las andas del Cristo de las Penas.
El cortejo lo abría uno de los priostes de la hermandad portando una vara de presidencia y tras él, la cruz alzada de plata y plata sobredorada, y dos ciriales, todo ello del orfebre Juan Borrero, seguidos por un buen número de hermanos con cirios blancos.
Al tratarse de un vía crucis, el director espiritual de la hermandad, Fray Francisco Javier Jaén, portaba la reliquia de la Santa Cruz. El acompañamiento musical lo componían la Escolanía Nuestro Padre Jesús de las Penas, una agrupación fundada y dirigida por Francisco Perejón Ortega y que tuvo su estreno, precisamente, en el traslado a Santa Ana del pasado 2014, y la Capilla Musical Calvarium, que participaba por primera vez.
Habían pasado unos diez minutos desde la apertura de las puertas, cuando cuatro ciriales de plata anunciaban la salida del Señor de las Penas, que recorrió las calles de Triana sobre unas sencillas andas y luciendo potencias de plata, obra de Ramón León. La imagen estaba acompañada por cuatro faroles de plata con cirios morados y un monte de corcho y flores rojas y moradas, entre las que había rosas, claveles y lirios.
Entre los centenares de personas que allí se concentraban, cuatro niños, hermanos, que observaban atentos todo lo que estaba pasando, se mostraron muy sorprendidos durante la salida del Cristo de las Penas. Habían notado la diferencia entre las andas sobre las que el Señor iba esa tarde y el paso sobre el que sale en Semana Santa; tanto que durante unos minutos debatieron entre ellos sobre la posibilidad de que hubiera costaleros bajo el faldón que las recubría. Al no conseguir una opinión unánime, decidieron recurrir a las personas que les rodeaban para preguntar “si ahí abajo va alguien como el Domingo de Ramos”.
Poco antes de las nueve de la noche, María Santísima de la Estrella abandonaba su capilla e iniciaba el camino hasta la 'catedral' de Triana, precedida por la bandera azul de San Francisco de Paula, además del estandarte corporativo, bordado en oro en el taller de Esperanza Elena Caro. La dolorosa iba sobre unas andas adornadas con seis candeleros con cera blanca de su paso de palio, un friso y dos jarras de flores de color blanco. Además, y con motivo del quinto centenario de su nacimiento, a los pies de la imagen se ubicaba la reliquia de Santa Teresa de Jesús.
La Virgen de la Estrella, la Valiente, iba ataviada con un manto azul y una saya burdeos, ambos bordados en oro en el taller de Fernández y Enríquez. En cuanto a la corona, era la que llevaba en la estación de penitencia cada Domingo de Ramos hasta su coronación canónica, que tuvo lugar en 1999.
La gran cantidad de público fue una constante durante todo el recorrido, que estuvo abarrotado de hermanos y fieles, personas que, al paso del Cristo y de la Virgen, no podían ni querían reprimir las emocionadas miradas, las sonrisas e incluso las lágrimas; y tampoco las peticiones y agradecimientos que en muchas ocasionas adoptan forma de oración.
Tras recorrer San Jacinto, Rodrigo de Triana y Pelay Correa, el cortejo salió a Vázquez de Leca y a la Parroquia de Santa Ana, donde ambos titulares entraron por su puerta ojival. La parroquia recibió a los titulares de la Estrella completamente a oscuras para rezar las dos últimas estaciones del vía crucis sólo bajo la luz que desprendía la candelería de las andas, dando lugar a un momento muy emocionante y propicio para el recogimiento.
El Señor de las Penas y la Virgen de la Estrella permanecerán en la 'catedral' de Triana hasta el domingo, cuando tendrá lugar la Función Principal de Instituto y el regreso hasta su capilla de la calle San Jacinto.
Texto y fotos: Cristina Abengózar
Precioso trabajo chico,un reportaje maravilloso y muy emocionante,enhorabuena.....Sevilla es unica!!
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