Como dice el villancico, "esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad". Eso significa que el Hijo de Dios, Dios hecho hombre entre nosotros, nace esta noche a través de una Madre que lo es también de todos y que hace sólo unos días se nos presentaba en besamanos en la festividad de la Expectación, llena de la misma Esperanza cuyo rostro vemos en este Nacimiento que este año ha instalado la Hermandad de la Macarena en la capilla del Cristo de la Salvación, en la nave del Evangelio de la Basílica.
La Virgen de la Esperanza dará a luz al que nos trae la Esperanza universal y eterna. No lo parece viendo a ese Niño dormido, como el de la Virgen del Rosario, que acuna San José en este belén. Pero ese bebé, tan pequeño, tan frágil, es y debe ser el centro de las vidas de todos los cristianos. En Él, en ese Niño al que adoran pastores y Reyes, humildes y poderosos, está el principio y el fin de todo.
Abracémonos a Él en esta noche. Pongamos en Él nuestros deseos, nuestros temores, nuestras preocupaciones, nuestras alegrías y, por supuesto, todas nuestras esperanzas. En Él está todo, en Él encontraremos lo que buscamos.
A todos los lectores de este blog, feliz Navidad.
Que el Niño que hoy nace nos ayude y nos guíe, iluminando el camino que debemos seguir. Que nos anime a continuar y haga resurgir en nosotros la Esperanza de que lo bueno está por venir... Feliz Navidad
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