lunes, 7 de marzo de 2016
EL SEÑOR DE LA VENTANA RECORRIÓ LA FELIGRESÍA EN SU VÍA CRUCIS CUARESMAL
Este sábado tuvo lugar el tradicional vía crucis cuaresmal con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, de la Hermandad de San Esteban, que recorrió la feligresía con el rezo de las diferentes estaciones, siendo acompañado en todo momento por gran cantidad de devotos.
A las siete de la tarde comenzaba este rezo público en el interior del templo, saliendo a continuación por la puerta principal, la situada en la calle Medinaceli, al contrario de lo ocurrido otros años, como en 2015, cuando la salida se produjo por la calle San Esteban y la entrada por Medinaceli.
La cruz de guía era la encargada de abrir el cortejo, seguida por parejas de niños y mayores con cirios, un trío de capilla de la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, un grupo de monaguillos y el cuerpo de acólitos.
Pronto cruzaron la puerta ojival, ésta sin los temidos dientes de piedra, las andas con el Señor de la Ventana, que salió en esta ocasión sin clámide textil sobre la que tiene tallada. Además, llevaba corona de espinas y las potencias de salida, así como su inseparable caña.
Las andas, con faldones de terciopelo burdeos con galones dorados, estaban iluminadas por los faroles pertenecientes al Cautivo de San Ildefonso y adornadas con rosas, estátice y tulipanes, todas ellas en tonos malvas y morados, entre otras flores.
Una vez en la calle, el Señor de la Salud y Buen Viaje giró a la izquierda y quedó detenido ante la puerta para el rezo de una nueva estación, antes de continuar hacia la calle San Esteban.
Después de una parada en la esquina de Medinaceli con San Esteban, el Señor siguió su camino hacia la Plaza de Pilatos. Este año, a diferencia del anterior, no rodeó la plaza por detrás del monumento a Zurbarán, sino que, como hace cada Martes Santo en su estación de penitencia, siguió en línea recta por la plaza hacia la calle Águilas, en cuyo inicio se produjo el rezo de otras de las estaciones del vía crucis.
Por la calle Águilas, las andas con Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buena Viaje avanzaron lentamente, hasta alcanzar la ventana desde la que las hermanas clarisas del Convento de Santa María de Jesús ven habitualmente pasar las diferentes cofradías y cortejos que discurren ante ellas.
Una de las hermanas, muy sonriente en todo momento, fue la encargada de leer la estación correspondiente del vía crucis ante el Cristo de San Esteban, vuelto hacia ellas. El Cristo de la Ventana, ante la ventana de las monjas.
Tras el rezo de la estación, las religiosas le dedicaron un cántico al Señor, antes de que el vía crucis continuara por la calle Rodríguez Marín hacia San Ildefonso.
A partir de ahí, el vía crucis, con un recorrido algo más breve que el de años anteriores, siguió por Caballerizas para salir de nuevo a la Plaza de Pilatos y San Esteban, entrando en el templo por la puerta ojival dentada que volverá a atravesar el Señor de la Salud y Buen Viaje sobre su paso en poco más de dos semanas.
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