Cuando falta justo una semana para su estación de penitencia, la Hermandad de la Quinta Angustia celebra el besapié y besamanos a sus titulares, un culto que se extenderá hasta mañana, Viernes de Dolores.
El montaje es el que está más que consolidado en esta hermandad, con el Señor del Sagrado Descendimiento en el centro de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, en la Parroquia de la Magdalena, entre grandes blandones dorados con cera morada. Está tumbado como en la iconografía propia de un Cristo Yacente. Lleva las potencias de salida y está flanqueado por dos faroles subidos sobre peanas de madera policromada y dorada de base cuadrada.
Al fondo de la capilla se encuentra la Virgen de la Quinta Angustia, ante un dosel cultos colocado delante del cortinaje oscuro que cubre el altar donde recibe culto durante todo el año el conjunto escultórico del único paso de la cofradía.
La dolorosa de Rodríguez Caso está vestida igual que en la estación de penitencia del Jueves Santo, con su manto azul y saya burdeos, ambos bordados en oro, así como la corona de salida. Sobre el pecherín lleva un puñal y un corazón traspasado por los siete puñales. Además, sujeta un pañuelo con la mano izquierda mientras da a besar la derecha.
Detrás de la Virgen hay dos ángeles mancebos sobre columnas, y a ambos lados se disponen hasta cuatro jarras plateadas con claveles blancos y seis candeleros dorados con cirios de color blanco.
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