Mucho calor, quizá demasiado para una cofradía como la de Padre Pío, que abrió las puertas de la Parroquia del Buen Pastor y San Juan de la Cruz a las tres y cinco de la tarde, cinco minutos antes de la hora prevista de manera oficial en los programas de mano. La hora de salida es algo temprana, a juzgar por la cantidad de personas que acudieron a la salida. Había gente, sí, pero no la suficiente para justificar la presencia de tanta valla rodeando la parroquia para mantener a todo el mundo a cierta distancia. En Semana Santa, desde luego, Sevilla deja de ser la ciudad de la tapa para ser la ciudad de la valla, entre otras cosas.
Los nazarenos de túnica y capa de color crema y antifaz rojo dejaron pronto espacio al paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Clemencia, vestido este año con túnica lisa de terciopelo rojo. La Agrupación Musical Santa Cecilia, primera de las cinco formaciones de este estilo que íbamos a tener ocasión de escuchar durante la jornada, se encontraba en el atrio del templo, en el lado izquierdo, mientras que el derecho estaba reservado para vecinos mayores, algunos de ellos en sillas de ruedas.
Ellos fueron testigos de excepción de las maniobras necesarias para posibilitar la salida del Nazareno que tallara Fernando Murciano, cuyo paso estaba iluminado por los candelabros del paso de la Virgen del Carmen del Santo Ángel y adornado con lirios morados, cardos y otras flores de tonalidad morada en el friso, y claveles color buganvilla en las jarras de las esquinas.
Tras el Himno de España en el momento de la salida, la Agrupación Santa Cecilia comenzó su repertorio tras el Señor con "La Saeta". El paso afrontó la bajada de la rampa que salva los escalones situados ante la puerta del templo y ya en la calle se detuvo para que un hermano subiera a colocar los dos elementos de la cruz que deben ser retirados por la baja altura del dintel.
El calor se notaba en que, nada más salir, hubo que levantar y sujetar los faldones para que los costaleros pudieran tener algo de alivio bajo las trabajaderas, al mando de las cuales estaba como capataz general de la cofradía José Vargas. Ya fuera del recinto de la parroquia, el Señor de la Salud y Clemencia puso rumbo al puente sobre la SE-30 en dirección al Cerro del Águila con la marcha "Nuestro Padre Jesús de la Victoria".
Si tiene cierta dificultad la salida del paso del Señor, más todavía la del paso de palio de la Santísima Virgen Madre de la Divina Gracia, que volvió a contar con la cesión de los antiguos respiraderos del palio de la Hermandad de San Roque, y que estrenó un fajín hebraico y un pañuelo de encaje.
Después de salir, el palio se paró para posteriormente emprender la bajada de la rampa hasta la calle. La Banda de Música Virgen de las Angustias de Sanlúcar la Mayor interpretó el Himno y, a continuación, la marcha "Madre de la Divina Gracia", que fue iniciada por segunda vez, aunque los músicos interrumpieron la repetición cuando el paso se paró.
En uno de los cirios de la primera tanda de la candelería, junto a la imagen de la Virgen de los Reyes de la entrecalle estrenada en 2015, veíamos una pegatina de la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada en la que se leía "Yo también rezo por los cristianos perseguidos", oración que ha estado presente en general en el conjunto de las hermandades esta pasada Semana Santa.
En los primeros metros del recorrido de la Virgen de la Divina Gracia por su barrio, la Banda de las Angustias interpretó las composiciones "Virgen de los Negritos" y "La Estrella Sublime", con las que buscó el puente la dolorosa de Álvarez Duarte, que lucía una saya blanca bordada en oro.
No demasiado lejos de allí. Vamos, cerca no, pero tampoco excesivamente lejos, en Torreblanca, estaba a punto de producirse uno de los estrenos musicales del año, con la Agrupación Musical de la Sentencia de Jerez tras el paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo ante Pilatos. Los jerezanos han sustituido a la Agrupación Virgen de los Reyes, que hasta 2018 iba tras el barco dorado que surca las calles de una parte de Sevilla que, con la invasión turística del centro, la multiplicación de apartamentos de alquiler legales e ilegales y la lamentable pérdida del comercio tradicional en favor de las tiendas de imanes para la nevera con forma de Giralda y negocios de café caro en vasos de papel, va convirtiéndose poco a poco en lo más parecido a la Sevilla real.
Las largas filas de nazarenos de la Hermandad de los Dolores de Torreblanca empezaron a abandonar la Parroquia de San Antonio de Padua a las cinco menos cuarto de la tarde, dirigiéndose en primer lugar a ese rodeo más simbólico que otra cosa por la Plaza del Platanero. No había pisado aún la calle el misterio del Cautivo cuando la Agrupación Musical de la Sentencia empezó a demostrar su calidad con la composición "Anima Christi", con la que el misterio se acercó a la puerta y comenzó a salir.
Delante iba el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, precisamente en un momento de pleno debate sobre la conveniencia o no de la asistencia de representantes públicos a las cofradías. Pero lo interesante (lo siento, alcalde) estaba detrás, en ese enorme paso que, tras el Himno, comenzó a caminar con toda la maestría que saben imprimirle sus costaleros, al mando de Miguel Ángel Castillo, mientras los músicos jerezanos tocaban la marcha "Recuerdos".
No tardaron en responder con sus aplausos los vecinos de Torreblanca y los muchos cofrades que les visitan cada Sábado de Pasión, mientras el paso, exquisitamente exornado con una variedad floral de tonalidades roja y morada, buscaba la Plaza del Platanero. Antes de llegar, un hombre con un niño sobre sus hombros le dedicó una saeta el Cautivo.
Detrás, seguían al paso los miembros de la Agrupación de Apoyo Logístico nº 21 del Cuartel General de la Fuerza Logística Operativa del Ejército de Tierra. Los militares iban entre el paso y la banda, lo que alejaba demasiado el acompañamiento musical.
El paso de misterio casi salió a la Plaza de las Acacias cuando dejaba la parroquia el paso de palio de María Santísima de Dolores, que sigue inmerso en la renovación de toda la orfebrería, de la que aún quedan, como elementos más evidentes, los respiraderos laterales.
La Asociación Filarmónica de las Nieves de Olivares volvió a acompañar musicalmente a la Virgen de los Dolores, interpretando tras el Himno la marcha "Dolores de Torreblanca", seguida después por "Virgen de los Negritos".
Astromelias, rosas y claveles, entre otras flores, todas de color blanco, adornaban el paso de palio, que el próximo 12 de octubre saldrá a las calles en procesión extraordinaria por el XXV aniversario de la hermandad, efeméride que se cumplió exactamente el pasado Viernes Santo.
Con la marcha "Nuestra Señora del Patrocinio", la Virgen de los Dolores alcanzó la Plaza del Platanero, donde también se pudieron escuchar otras composiciones, como fueron "Dolores del Cerro" y "Aniversario Macareno".
Y de Dolores a Dolores. De Torreblanca a San José Obrero, cofradía que un año más ha visitado en su estación de penitencia a las hermandades de los Gitanos y la Trinidad. Entre ambas se sitúa en el itinerario de la corporación la calle Sol, por la que avanzaba ya el paso de Nuestro Padre Jesús de la Caridad, acompañado por el Cirineo al que Fernando Aguado puso la cara del recordado párroco Víctor García.
Este paso, acompañado musicalmente por la Agrupación de los Gitanos, también llevó una de esas combinaciones florales tan de moda de un tiempo a esta parte en los pasos de Cristo. En concreto, en este caso pudimos ver rosas rojas y moradas, iris morado, antirrhinum burdeos y morado, claveles rojos, calas moradas y tulipanes ocre y rojos.
Por la calle Sol se pudo escuchar "La Salve", aunque más tarde, en la Ronda, fue el turno de "Santa María de la Esperanza" ante la representación de la Hermandad de la Trinidad, y "Nuestro Padre Jesús de la Victoria" cuando continuó hacia la Carretera de Carmona.
Más atrás venía el paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores, adornado fundamentalmente con rosas de color rosa y antirrhinum blanco. Antonio Santiago y su hijo, capataces generales de la hermandad, guiaban al palio, que tras la visita al Santuario de los Gitanos giró a la calle Sol con la marcha "Triana de Esperanza", en esa parte del itinerario que igualmente recorrería una semana más tarde la Hermandad de la Trinidad.
Más adelante, en la misma Sol, esperaba a la Virgen de los Dolores una intensa petalada que coincidió con la interpretación de la marcha "Rosario de Monte-Sión" a cargo de la Banda de Música Virgen del Castillo de Lebrija.
Posteriormente, el paso de palio, que el año pasado estrenó los respiraderos, salió a Madre Isabel de la Trinidad, donde hubo un relevo de costaleros antes de salida a la Ronda Histórica con "Nuestra Señora de Guadalupe", poco antes de llegar a las puerta de la Basílica María Auxiliadora, ante la representación de la Hermandad de la Trinidad.
La Hermandad de la Milagrosa, por su parte, se encontraba ya por las calles de Ciudad Jardín, ya de regreso a su parroquia, en su estación de penitencia adelantada por los caprichos del calendario futbolístico. Había salido una hora antes que de costumbre y se había visto obligada a modificar su itinerario para no estar por las inmediaciones del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán cuando estuvieran jugando el Sevilla y el Betis. Pero eso no impidió el lucimiento en la calle de una cofradía que en apenas una década se ha asentado como una cita imprescindible de las vísperas de la Semana Santa.
Por calles no más recogidas de su recorrido, como Simón de Pineda o Cardenal Rodrigo de Castro, no dejaba de admirar a propios y extraños este enorme misterio en el que Nuestro Padre Jesús de la Esperanza cruza el Puente Cedrón tras haber sido prendido por la guardia judía. Se trata de una escena completa de Navarro Arteaga muy conseguida que de momento sigue navegando sobre un largo paso que perteneció a la Hermandad de las Viñas de Jerez. De nuevo, la ciudad gaditana presente en este Sábado de Pasión.
El Señor de la Esperanza, empujado, tirado y golpeado de manera violenta por sus captores, vestía túnica verde y se movía a los sones de la Agrupación Musical de la Redención provocando la expectación de todos los presentes ante sus coreografiados movimientos.
Entre las flores moradas que adornaban el paso, no faltaban junto al puente sobre el Cedrón algunas ramas de plantas autóctonas de la zona del arroyo que Jesús cruzó mientras era conducido hasta el palacio de Anás. Unas lágrimas surcan el rostro del Señor, que tiene además la particularidad de ir calzado con sandalias, al igual que el Señor de la Entrada en Jerusalén.
El paso de palio de María Santísima del Rosario concentraba los principales estrenos de la Hermandad de la Milagrosa, como es el caso de la gloria del techo, pintada por Nuria Barrera, quien ha representado a la Virgen del Rosario como protectora de la cristiandad en la batalla de Lepanto. Además, tenía en su mano izquierda un nuevo rosario de plata sobredorada y amatistas. También se estrenó la restauración de los varales.
La Banda de la Cruz Roja fue la encargada de poner la música tras el paso de palio, interpretando "La Madrugá" entre las calles Antonio de Nebrija, Andrés de Ocampo y Simón de Pineda, rompiendo en aplausos todos los presentes al finalizar al compás de la partitura el segundo de los giros de este trayecto.
Más adelante, el paso avanzó hasta detenerse ante la Peña La Milagrosa, donde la Virgen del Rosario recibió una ofrenda floral. Antes de continuar, el capataz dedicó la levantá a la propia peña, a la que se refirió como "una institución en el barrio de toda la vida". Seguidamente, el paso de palio continuó por Cardenal Rodrigo de Castro a los sones de "Galeona de Sevilla", la nueva marcha compuesta por Abel Moreno para la dolorosa de Ciudad Jardín.
Por último, llegamos al Parque Alcosa para contemplar el regreso de la Hermandad del Divino Perdón a la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey. El paso de Nuestro Padre Jesús del Divino Perdón, con un exorno clásico a base de claveles rojos, avanzaba por la Avenida Ciudad de Chiva a los sones de la marcha "En tu mirada", a cargo de la Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas, quinta de las agrupaciones musicales de este Sábado de Pasión.
"Por ustedes, que siempre sois los mejores", dijo a los costaleros el capataz antes de afrontar el giro de Ciudad de Chiva a Emilia Barral, para el que la Agrupación de la Estrella encadenó "Perdona a tu pueblo" y "Christus vincit". En el llamador, el Nazareno de Alcosa llevaba la pegatina que invitaba a la oración por los cristianos perseguidos.
Poco más atrás llegaba a Ciudad de Chiva el paso de palio de María Santísima de la Purísima Concepción, que va completando la candelería y que ha recuperado este año los faroles colocados entre los últimos varales de cada costero, junto a los candelabros de cola.
Este palio es otro de los que se van a ir rematando lentamente, en función de las posibilidades económicas de la hermandad. "¿Qué harías antes, los bordados o los respiraderos?", preguntaba un joven a otro ante el paso. "Los respiraderos", respondía el segundo sin dudarlo. Veremos.
Antes de que la Virgen de la Purísima Concepción girara a Emilia Barral con una doble interpretación de "Pasa la Virgen Macarena" por parte de la Banda de Música de la Soledad de Cantillana, el capataz quiso dedicar una levantá a Fernando, un miembro de la hermandad que "está en el Cielo", dedicatoria que tuvo a su nieto como testigo de excepción.
Poco después, el paso de palio, adornado con flores de diversas especies de tonalidad rosa, avanzó por Emilia Barral con "Reina de Triana".
Mucha gente se concentraba alrededor de la iglesia donde tiene su sede la hermandad para asistir a la entrada. El Señor del Divino Perdón, que había girado a Escritor Alfonso Grosso con la marcha "Reo de muerte", entró mientras la Agrupación de la Estrella encadenaba el "Ave María" de Caccini, el Himno de España y "La Saeta".
Por su parte, el paso de palio alcanzó la calle del templo con "Mi Amargura", a la que después siguió precisamente otra versión del "Ave María" de Caccini. Finalmente, tras una nueva levantá por la cuadrilla de costaleros, la Virgen de la Purísima Concepción se acercó a la puerta con "La Caridad del Arenal", y entró con el Himno y con "Como tú, ninguna".
A la una y cuarto de la madrugada, el Parque Alcosa despedía el Sábado de Pasión. Era ya Domingo de Ramos, aunque para las cinco hermandades de penitencia de la jornada que acababa, para sus cinco barrios, el día más esperado ya era un hermoso recuerdo.
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