lunes, 8 de abril de 2019
EL BESO DE JUDAS ESTRENÓ ANDAS EN EL VÍA CRUCIS DEL SEÑOR DE LA REDENCIÓN
El Señor de la Redención presidió el pasado sábado por las calles cercanas a la Iglesia de Santiago el tradicional vía crucis de la Hermandad del Beso de Judas, culto externo cuyo recorrido se vio recortado por la inestabilidad meteorológica, que hizo que lloviera en varios momentos de la tarde.
Para este vía crucis, que contó con un cortejo de hermanos encabezados por la antigua cruz de guía de la hermandad, se estrenó unas nuevas andas de los Hermanos Caballero que han sustituido a las que hasta ahora se venían utilizando y que eran propiedad del Cautivo de San Ildefonso. Esta nueva obra sigue el estilo del paso procesional del misterio del Beso de Judas, realizado en madera en su color con candelabros dorados y algunos apliques también dorados, como el escudo de la corporación en el frontal. Hay que recordar, además, que dentro de una semana la hermandad estará estrenando en las calles los nuevos respiraderos del paso, obra también, como todo el conjunto, de los Hermanos Caballero (ver).
Por lo demás, en este vía crucis, que contó con el acompañamiento de un trío de música de capilla de la Banda de las Nieves de Olivares, el Señor de la Redención vistió una túnica morada bordada en oro y lució unas potencias doradas y un alfiler con su advocación prendido en la cintura. En cuanto al exorno floral que adornaba las andas, se componía de diferentes especies en varias tonalidades, en las que predominaba el morado.
En el recorrido recortado de este vía crucis, el Señor de la Redención visitó tanto la Parroquia de San Ildefonso como el Convento de San Leandro, desde el que emprendió el camino de regreso a Santiago, pese a que estaba previsto que llegara hasta la casa hermandad de San Esteban. Así, desde San Leandro, y siempre guiado por el capataz Francisco Reguera y sus auxiliares, el camino que siguió el Señor fue el más breve posible, por las calles Cardenal Cervantes y Santiago hasta su templo, donde entró sobre las nueve de la noche, una media hora antes de lo previsto.
Una vez en el interior de la Iglesia de Santiago, donde se rezó la última de las catorce estaciones, el Señor de la Redención se situó ante la puerta del templo que da a la calle Lanza. Posteriormente, sería colocado en el presbiterio para el besapié que tuvo lugar a lo largo de toda la jornada de ayer.
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