Hasta el pasado domingo y durante seis días, Nuestra Señora de la Esperanza recibió a sus devotos en la Capilla de los Marineros con motivo de los cultos ordinarios coincidentes con su festividad. La imposibilidad de celebrar el besamanos no privó a los fieles de poder contemplar a la Esperanza de Triana a muy corta distancia, expuesta a la veneración en el presbiterio bajo del templo de la calle Pureza sobre su alta peana de salida, que hacía que sus ojos se encontrasen con los de quienes fueron a visitarla.
Para este culto, la Virgen de la Esperanza se presentó vestida con uno de sus dos mantos procesionales, en este caso el del taller de Caro de 1994 diseñado por Juan Antonio Borrero. Además, llevaba la saya blanca de tisú del taller de Olmo de 1918 y la toca de sobremanto de las hermanas Martín Cruz de 1965. Lucía también la corona de oro de Orfebrería Triana de 1984 y en el pecherín tenía el puñal de oro de 1964, el ancla de oro, esmeraldas y perlas de 1963, y el corazón traspasado por una espada de 1972, todo ello de Fernando Morillo.
Llevaba además el fajín rojo que perteneció al capitán general del Departamento Marítimo Guillermo Díaz del Río, del que pendía la medalla de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes. Y en las manos sostenía un pañuelo de encaje, la flor de plata de la Operación Clavel donada por el periodista Bobby Deglané y el salvavidas de oro.
Alrededor de la Esperanza y repartidos por todo el presbiterio veíamos cuatro blandones de plata con cera blanca, varias jarras del paso de palio con diversas especies florales, bandejas y relicarios ante pequeños doseles, un buen número de candeleros con cirios blancos y las clásicas lámparas de araña colgando del techo. Por último, hay que mencionar que el camarín de la Virgen contaba con la presencia del lienzo que reproduce la obra "La Sagrada Familia" de Murillo rodeado de guirnaldas de flores.
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