La Hermandad de Santa Lucía ha llevado a cabo durante los últimos días los cultos anuales en honor a su imagen titular, que ha estado presidiendo la Iglesia de Santa Catalina desde el altar mayor, a los pies del retablo principal del templo.
Entre los días 10 y 12 tuvo lugar el triduo en su honor, mientras que este domingo, coincidiendo con la festividad de la santa y ante la imposibilidad de celebrar el tradicional besamanos, la imagen ha permanecido en el mismo altar de sus cultos, donde ha podido ser visitada durante toda la jornada. Además, a la una y media ha sido la función principal de instituto a cargo del párroco de San Román y Santa Catalina, Francisco José Blanc Castán.
Santa Lucía estaba elevada sobre una estructura cubierta de un tejido de terciopelo rojo y galones dorados, y rodeada de diversos candeleros plateados de diferentes alturas con cirios blancos. La santa, que lucía la aureola que suele llevar en sus salidas procesionales, así como la espada, la palma del martirio y el platillo con los ojos, estaba sobre una peana plateada y entre dos pequeños ángeles que sostenían sendas filacterias negras con letras doradas en las que se leía "Por los hermanos difuntos" y "Por las víctimas del Covid". En cuanto al exorno floral, se componía de diversas especies de tonalidad blanca, principalmente claveles y orquídeas, repartidas en cuatro jarras plateadas y en un centro a los pies de la imagen.
Por otro lado, en la parte delantera del presbiterio del templo, ante la mesa del altar, estaba colocado entre dos guardabrisas el relicario que conserva la hermandad con una reliquia de Santa Lucía.
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