Sirva este brevísimo reportaje, de rápida elaboración y sin mayores pretensiones, únicamente para dejar constancia en este blog de que hubo un momento en la historia de la Hermandad de la Macarena en que la junta de gobierno se vio obligada a exponer de cerca a la Virgen de la Esperanza.
La intención era tratar de calmar a hermanos y devotos, con más o menos éxito, preocupados acerca del estado de la dolorosa tras un sábado surrealista en que una intervención fugaz del, otrora laureado, profesor Arquillo soliviantó, en algún caso hasta extremos lamentables, los ánimos de muchísimas personas.
Después de una primera exposición matutina en su camarín, y sin explicación alguna por parte de los más que cuestionados mandamases de la hermandad, siguió el oscurantismo con un retoque a mediodía que tampoco convenció, al que seguiría otro más en plena noche. Vamos, con nocturnidad. Literalmente.
La Macarena que vemos en estas fotos es la tercera versión en sólo 24 horas de una misma imagen (dando por hecho que la imagen ha sido siempre la misma). Lo que en otras hermandades, sin duda más serias y responsables con su patrimonio, conlleva meses de labores a cargo de profesionales, en la Hermandad de la Macarena ha llevado unos pocos días para la primera versión, y unas pocas horas para las dos versiones posteriores. Que cada cual juzgue si éstas son formas de gestionar el tratamiento de una imagen titular, y no de cualquier imagen...
Ah, y después del retoque sobre el retoque, la junta de gobierno, cuando por fin se ha dignado a ofrecer alguna explicación, anuncia otro para un futuro indeterminado, pero, ahora sí, supervisado por profesionales; decisión a la que han llegado tras consultar a otros profesionales.
Lo dicho: estas fotos fueron tomadas en la exposición de la imagen en el presbiterio bajo de su Basílica, con el rostro que tenía hasta este martes. El rostro que tenga mañana, pasado, dentro de un mes o de un año... ya se verá.
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