La Iglesia de Santa Catalina ha acogido este fin de semana el besamanos a Nuestra Señora de las Lágrimas, de la Hermandad de la Exaltación. En esta ocasión, la dolorosa se encontraba para ello en la capilla de la corporación, a los pies del Santísimo Cristo de la Exaltación y San Juan Evangelista, además de la Magdalena, que ocupaba el lugar habitual de la Virgen.
Sobre una alfombra y una peana de madera dorada, la Virgen de las Lágrimas se presentaba a los devotos vestida con el manto de terciopelo burdeos con las vistas bordadas, obra de Jesús Rosado de 2007, así como la saya azul bordada por Teresa del Castillo en 1874. A modo de toca de sobremanto, contaba con la mantilla blanca de tul conocida como la de las perlitas, realizada en el siglo XIX.
La Virgen de las Lágrimas lucía su corona de salida, obra de Manuel Seco Imberg de 1938, mientras que en el pecherín se veía el puñal de plata sobredorada de Raúl López García (2004), un alfiler con su advocación en letras doradas, el broche con los elementos iconográficos de Santa Catalina, un juego de tres tembladeras de plata sobredorada y el broche de los donantes de órganos con el lema "En cada lágrima".
Por otro lado, en un lado de la saya tenía la Cruz al Mérito Policial, cedida por el mencionado Raúl López García, mientras que en la mano izquierda sujetaba un pañuelo y un rosario de cuentas doradas, siendo la derecha la que ofrecía a los devotos.
Flanqueaban a la dolorosa del Jueves Santo dos pies de base cuadrada de madera dorada y algunas zonas pintadas en color rojo. Sobre cada uno de ellos había un candelabro de plata con cinco velas blancas. Y más hacia los extremos se ubicaban dos mesas doradas con cuatro candeleros y dos jarras del paso de palio. Estas jarras contenían rosas blancas y nardos entre otras flores que también estaban en unos centros en el suelo.
Detrás podíamos ver dos blandones dorados y diversos candeleros sobre el banco del retablo, todo ello con cera blanca. Además, a los pies del Cristo de la Exaltación se dispuso un centro de claveles rojos. Finalmente, hay que mencionar que fuera de la capilla, en el lado derecho, estaba el estandarte corporativo.





































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