Desde la tarde del sábado y durante todo el domingo tuvo lugar el besapié del Cristo Yacente y besamanos de María Santísima de Villaviciosa, de la Hermandad del Santo Entierro. Como es tradicional, este culto interno se celebró en la estancia de la Iglesia de San Gregorio que se encuentra en la cabecera de la nave de la Epístola entre cortinajes de color negro.
Rodeaban al Cristo Yacente, situado en el centro, claveles rojos y candelabros y candeleros con cera del mismo color. Detrás se encontraba la Virgen de Villaviciosa, bajo un dosel de cultos entre flores blancas y faroles dorados. La dolorosa, que vestía su manto de salida, lucía una ráfaga plateada.
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