LA VIRGEN DEL AMOR, DE NUEVO EN EL VÍA CRUCIS DE LA RESURRECCIÓN

Por segundo año, la Virgen del Amor que tallara Jesús Santos Calero presidió el pasado sábado el llamado Vía Crucis de la Misión, organizado por la Hermandad de la Resurrección. Se trata del vía crucis de Juan Pablo II, que consta de quince estaciones, al incluir el pasaje "Jesús resucita" como final del rezo.
La Virgen del Amor, ataviada con manto morado y saya verde, ambos bordados en oro, salió a la calle San Luis a las siete de la tarde precedida por la cruz de guía de la hermandad, varias parejas de hermanos con cirios, el estandarte corporativo, junta de gobierno, capilla musical de la Banda de Música de Las Cigarreras y cuerpo de ciriales.
Hay que destacar que las andas sobre las que iba la dolorosa contaban con las esquinas del paso del Señor Resucitado, recientemente sustituidas por unas nuevas que han ampliado su anchura. Asimismo, estaban iluminadas por los candelabros de guardabrisas que figuran en los costeros de dicho paso, con tres puntos de luz cada uno.
El llamador era el del paso de palio de la Virgen de la Aurora. El exorno floral estaba compuesto de varias especies de flores blancas, entre las que destacaban unas grandes calas.
El itinerario seguido por este vía crucis fue el siguiente: San Luis, Padre Manjón, Bordador Rodríguez Ojeda, Duque Cornejo, San Julián (con rezo de una estación en la parroquia y otra en el convento de San Cayetano), Macasta, Sorda, Duque de Montemar y San Luis, realizando su entrada en Santa Marina algunos minutos después de las nueve menos cuarto.
Las últimas estaciones del vía crucis se rezaron en la misma puerta del templo, en su interior frente a la Virgen de la Aurora y en el presbiterio, delante del Señor Resucitado.
Finalmente, la Virgen del Amor fue llevada hasta su capilla, la misma en la que hasta 1936 tuvo su sede la Divina Pastora. Allí la esperaba la imagen de San Juan Evangelista de Dubé de Luque.