El espacio estaba delimitado por un enorme cortinaje rojo que conformaba tres efímeras paredes, dejando la parte delantera abierta para el acceso de los devotos. Diversos altares con imágenes de santos franciscanos, columnas, jarras con flores, candelabros y candeleros se repartían por toda la zona.
Este año la Virgen de la Palma fue situada delante, al contrario del año pasado. La dolorosa vestía la saya de Pilar de la Haza, realizada en 2010, el manto de salida y la corona de oro que estrenó con motivo de la coronación canónica en 2005. Además, llevaba una rosa de pasión en su mano izquierda, mientras que la derecha era la que daba a besar a los fieles.
En cuanto al Cristo del Buen Fin, se encontraba al fondo en posición vertical, bajo el dosel de cultos de la hermandad, entre jarras de flores y faroles de plata.
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