La Hermandad de los Javieres celebró este fin de semana el besamanos a María Santísima de Gracia y Amparo, que estuvo situada en el presbiterio de la Parroquia de Omnium Sanctorum, elevada sobre una nueva peana de plata.
La dolorosa vestía su manto procesional, en el que Paleteiro reprodujo el diseño del manto de la jerezana Virgen de la Concepción, además de una saya verde con bordados en oro. Lucía su corona de salida, así como un puñal en el pecherín, donde también tenía un alfiler con la advocación de "Amparo", una cruz pectoral y otro broche en el lado contrario al del puñal. En la mano izquierda sujetaba una rosa de pasión y un rosario, mientras que era la derecha la que daba a besar.
Flanqueaban a la Virgen de Gracia y Amparo dos jarras de su paso de palio con diversas flores situadas sobre pies de madera tallada y dorada. Detrás, había un altar de escasa altura para no tapar a la Reina de Todos los Santos formado por los respiraderos delanteros del palio sobre los que se dispusieron otras dos jarras y un buen número de candeleros con cera blanca.
A ambos lados se ubicaron unos pequeños doseles con más candeleros, y tanto en estos doseles como sobre los respiraderos se colocaron los antiguos ángeles de Rafael Barbero que iban en las esquinas del paso del Santísimo Cristo de las Almas, antes de su sustitución en 2007 por los actuales de José María Leal.
Finalmente, hay que señalar la presencia del estandarte corporativo de la Hermandad de los Javieres en el lado derecho de todo el montaje.
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