sábado, 25 de febrero de 2017

EL SEÑOR DE LA SALUD DE LA CANDELARIA RECORRIÓ LAS CALLES EN SU VÍA CRUCIS


Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la Hermandad de la Candelaria, presidió en la noche de este viernes su anual vía crucis por las calles de la feligresía de San Nicolás, un culto externo cuyo recorrido se vio limitado por la norma diocesana que impide en este tipo de salidas llegar a calles pertenecientes a otras parroquias. Así, la visita prevista la Parroquia de Santa Cruz tuvo que ser suprimida. Los antiguos excesos de las cofradías en general han traído estas consecuencias quizá algo exageradas.
A las ocho y media de la tarde comenzaba el vía crucis con la salida del cortejo, encabezado por la cruz de guía entre faroles. Seguían diversas parejas de hermanos con cirios, empezando por los cofrades de menor edad. Además, acompañó en este vía crucis a la Hermandad de la Candelaria la de gloria de Nuestra Señora de las Nieves, que comparte parroquia, dado que Santa María La Blanca y San Nicolás son una sola. Tras los estandartes de ambas hermandades figuraba la presidencia, aunque con cirios blancos, como el resto de los hermanos, en lugar de varas. Y detrás iban un trío de capilla con músicos pertenecientes a la Banda de la Cruz Roja y el cuerpo de acólitos.






Con Nuestro Padre Jesús de la Salud aún en el interior del templo, se rezó la primera de las estaciones del vía crucis. Después, los hermanos encargados de portar las ya muy conocidas, y prestadas a otras hermandades, andas del Señor lo condujeron hasta la puerta de salida bajando la rampa colocada para salvar los escalones.
Una vez en la calle, el Señor de la Salud se quedó parado en la plaza que lleva su nombre y se rezó la segunda de las estaciones del vía crucis.








 








El Nazareno que tallara Francisco de Ocampo avanzó por la calle San José hasta que las andas, adornadas con gerberas, rosas y claveles rojos, así como cardos salpicados por el monte, se detuvieron junto a la puerta del Convento de Madre de Dios, cuyas religiosas dominicas fueron las encargadas del rezo de la tercera estación.
Posteriormente, el Señor de la Salud siguió adelante hasta girar a la derecha para tomar la calle que recibe el nombre del convento, donde se rezó una estación más.


















Desde Madre de Dios, el Nazareno de San Nicolás giró a Federico Rubio, en la que se rezaron dos estaciones más: una ante el Instituto Británico, y la otra junto a la casa hermandad de la Candelaria.
Después, el Señor de la Salud salió de la estrechez de esta calle a la plaza Ramón Ybarra Llosent, donde las andas estuvieron detenidas unos minutos junto al templo del que hacía aproximadamente tres cuartos de hora habían salido en el inicio de este vía crucis.
















A continuación, cuando el cortejo permitió avanzar, Nuestro Padre Jesús de la Salud pudo tomar la calle Muñoz y Pabón, alejándose nuevamente de su Parroquia de San Nicolás para seguir discurriendo por la feligresía.










A partir de ahí, el vía crucis siguió siguió por las calles Almirante Hoyos y Vírgenes, para salir otra vez a la Plaza de Nuestro Padre Jesús de la Salud y entrar en San Nicolás, donde quedaron definitivamente detenidas las andas a eso de las diez y media de la noche.
Los cultos anuales al Señor de la Salud, que se iniciaron la semana pasada con el quinario en su honor, se completarán este fin de semana con el besapié.

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