miércoles, 15 de febrero de 2017
PUNTADAS DE LA MEMORIA
La Hermandad de los Gitanos es la protagonista de "Puntadas de la memoria", la segunda exposición del 'Círculo de Pasión', programa cofradiero del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla. En este caso, se trata de algo más que una exposición, dado que esta muestra, breve en cuanto a contenidos, porque ocupa una única sala, sirve también de presentación de la nueva túnica bordada para Nuestro Padre Jesús de la Salud, con la que un grupo de hermanos ha querido recuperar una antigua túnica de Juan Manuel Rodríguez Ojeda que desapareció en el incendio intencionado de la Parroquia de San Román en 1936.
En base a fotografías del antiguo Señor de la Salud, atribuido a Montes de Oca y también tristemente desaparecido en el incendio, se ha tratado de reproducir el diseño de aquella túnica en esta nueva que ha bordado en oro sobre terciopelo morado el taller de Sucesores de Elena Caro.
En nuestro repaso a la exposición "Puntadas de la memoria", comenzamos de hecho por esta túnica que viene a intentar paliar parte de la gran pérdida que la Hermandad de los Gitanos, al igual que otras de la ciudad y muchas del resto de Andalucía y de España, sufrió en aquellos tiempos de odio a la fe.
Hay que indicar dos cosas sobre la nueva túnica. En primer lugar, que el diseño de su parte delantera es más fiel que el de la trasera al diseño de la túnica original porque se conservan más fotografías de la época en la que se pueda ver esa parte; y en segundo lugar, en la parte trasera, arriba a la izquierda, ha habido que retirar una parte del bordado porque, al probarle la prenda al Señor, se comprobó que justo ahí cae uno de los mechones de la talla.
Junto a la túnica vemos un panel fotográfico con distintas imágenes tanto del boceto inicial como del proceso de bordado. Asimismo, se explican algunos detalles del diseño de la túnica original, que se estrenó en 1892 y que era de estilo romántico. La ornamentación y el simbolismo eran de una gran riqueza, con alusiones pasionistas como la hoja de acanto y el cardo, símbolos del sufrimiento, junto a flores que aluden a la virtud.
La túnica nueva es producto del interés de un grupo de hermanos que se pusieron en contacto con la junta de gobierno para transmitirle la idea. Se creó a continuación una comisión artística liderada por el historiador del arte Gabriel Ferreras Romero. El encargado de reproducir en la medida de lo posible el diseño original fue Rafael de Rueda Burnezo, mientras que a la hora de la ejecución, el taller de Sucesores de Elena Caro consiguió recrear no sólo los motivos ornamentales, sino también las técnicas de bordado de finales del siglo XIX.
La nueva túnica se complementa con el llamado cíngulo de la rosa, reproducción del antiguo cíngulo que hacía juego con la túnica y que curiosamente se salvó del incendio, conservándolo aún la hermandad. Jesús Spínola Cantero, de Cordonería Alba, se ha encargado de su reproducción en oro fino. Además, se muestra también un alfiler de cuello de oro y brillantes que ha sido donado por un devoto del Señor con motivo de la realización de la nueva túnica.
Pasamos ahora a mostrar por orden las diferentes piezas expuestas, comenzando por un panel donde se explica que la Hermandad de los Gitanos se funda en 1753 en el Convento del Espíritu Santo, en Triana, pasando después al Convento del Pópulo (hoy Mercado del Arenal), a San Esteban y a San Nicolás, hasta que en 1880 llega a San Román. Estando en dicho templo comenzarían en 1891 sus estaciones de penitencia en la Madrugá. A partir de aquí, la exposición supone un recorrido por la historia de la hermandad a través de sus bordados, comenzando por el escudo bordado en oro y sedas en 1919 por autor desconocido, única pieza que se conserva del antiguo palio negro de la Virgen de las Angustias. Este escudo pasaría después al paño de la mesa de juntas de la hermandad.
A su lado, vemos una de las famosas litografías de Francisco de Hohenleiter (1921), en este caso de un nazareno de los Gitanos, vestido como entonces, con túnica blanca de cola con cinturón de esparto y antifaz negro. Al fondo, vemos al Señor de la Salud en la ojiva de San Román con la túnica de Rodríguez Ojeda ahora reproducida.
Debajo hay una vitrina donde vemos en primer lugar dos antiguos libros de reglas de la hermandad del siglo XIX, con pinturas sobre pergamino de los titulares, incluyendo la Custodia, al ser desde sus inicios una hermandad sacramental.
Y junto a los libros de reglas, el antiguo cíngulo antes mencionado de finales del siglo XIX, que se salvó del incendio y que es el que llevaba puesta la actual imagen del Señor de la Salud en el acto de su bendición, en 1938. Es de hilo de oro fino y presenta su característica rosa bordada.
Un año después de la confección de la túnica antigua, se estrenó una saya atribuida a Rodríguez Ojeda. Fue bordada en oro sobre terciopelo burdeos y presenta una ornamentación muy similar a la de la túnica desaparecida. En los años 30 se pasaría a raso blanco, pero en 1985 el Taller de Santa Bárbara se encargó de que recuperara su color original, pasando los bordados a terciopelo burdeos.
Vemos ahora un panel con seis fotos antiguas: el antiguo Señor de la Salud con la túnica de Ojeda en su paso; la antigua Virgen en el palio negro de 1919; de nuevo el Señor con la túnica; el paso del Señor en la Plaza de San Francisco; otra con túnica lisa pero con el cíngulo ya visto; y la Virgen de las Angustias de José Merino Román, que sólo salió en 1935 y que hoy se encuentra en Málaga, advocada como Virgen de la Soledad.
A continuación, en otro panel se nos explica el resurgir de la hermandad tras el incendio de 1936, con la hermandad trasladada a Santa Catalina, donde en 1937 se bendice la actual Virgen de las Angustias, y en 1938 el Señor de la Salud, obras ambas de José Rodríguez Fernández-Andes. En 1938 se estrena el nuevo palio, diseñado por Ignacio Gómez Millán y bordado por Sobrinos de Caro. Este palio hoy en día está en la Hermandad del Nazareno de La Puebla de Cazalla, siendo el actual una réplica de éste. En esta época surgen nuevas prendas de bordado, como el manto de salida de Carrasquilla a principios de los años 60.
También hay que situar en esta época la conocida como mantilla de las palmeras, que fue donada en los años 40 a la Virgen de las Angustias por su propietaria, Carmen Saavedra, duquesa de Peñaranda. Se trata de una mantilla de encaje de aplicación de Bruselas del siglo XIX, con técnica de punto de aguja y bolillos.
A su lado se muestra la famosa foto de Haretón del perfil de la Virgen de las Angustias con esta mantilla, junto a otra del Señor de la Salud.
Vemos también en una vitrina el medallón frontal del palio bordado en 1938 por Sobrinos de Caro, medallón sustituido en 1971 por un óvalo con el escudo de la hermandad; bocetos del diseño de dicho palio, de Ignacio Gómez Millán, de estilo regionalista; y los contratos y cartas de pago de la obra, donde podemos ver cómo el antiguo palio negro y el manto se entregan a cuenta al taller de bordados.
Continuamos el recorrido por una nueva vitrina, en la que vemos una túnica de seda morada de autor desconocido y de la década de los 40 ó 50. Fue donada al Señor de la Salud por el poeta Ramón Charlo y procedía de un antepasado suyo eclesiástico. Por su mal estado, actualmente no se usa. Junto a la túnica se muestra un poema dedicado al Señor por el propio Charlo.
A su lado, se expone la llamada túnica de magistrado debido a los puños de encaje dorado que lleva. La túnica es lisa de terciopelo burdeos y fue realizada por María Luisa Jiménez Oliva, mujer del poeta Joselito Lérida, que incluso escribió una poesía dedicada a la confección de esta túnica.
Contemplamos ahora la saya de Gitanillo, confeccionada por el taller de Sobrinos de José Caro en 1945 a partir de unos bordados en plata y seda provenientes del traje de luces que el torero Francisco José Vega de los Reyes, Gitanillo de Triana, llevaba cuando recibió la cornada que le produjo la muerte en 1931. Su madre fue quien donó el traje a la hermandad catorce años después. En cuanto al tejido, seda gris, procede del traje de novia de Genoveva Martí de Tovar.
En otra vitrina se muestra el fajín de la Niña de los Peines, de seda rayada. La famosa cantaora, llamada en realidad Pastora Pavón, lo llevaba al cuello un día que estaba en San Román y Juan Miguel Ortega Ezpeleta le dijo que le quedaría muy bien a la Virgen de las Angustias para vestirla de hebrea. Acto seguido, la Niña de los Peines se lo quitó y le dijo: "ya es suyo".
Con el fajín se muestra el pañuelo de Sor Cristina, madre superiora del Monasterio de Santa Paula. Es de encaje de aguja con punto canario y bordados en seda con elementos de la pasión en el siglo XIX. Sor Cristina de Arteaga, hoy en proceso de canonización, era muy devota de la Virgen de las Angustias y por este motivo le regaló el pañuelo. Además, mandó abrir una ventana en el monasterio en la misma calle Santa Paula para poder ver a la dolorosa cuando recorría diferentes conventos de la feligresía cada 8 de septiembre, en la fiesta de la Natividad de la Virgen.
Vemos ahora otra saya, ésta de tisú de plata bordado en oro y atribuida a las Hermanas Trinitarias de Cádiz (1962). Fue donada a la Virgen de las Angustias por el futbolista del Betis y del Sevilla Francisco Antúnez Espada. En 1961, siendo entrenador del Recreativo de Huelva, le ofrecieron una prima si lograba que el equipo ascendiera a Segunda División. Antúnez aceptó, pero pidió que la prima fuera una saya para la Virgen. El ascenso se produjo y la donación de la saya también.
Seguimos con un nuevo panel, que nos muestra fotografías de la bendición de la actual imagen del Señor de la Salud; el estreno del palio de Sobrinos de Caro en 1938; el traslado de regreso a San Román en 1950; un besamanos a la Virgen de las Angustias en el mismo templo; el Señor de la Salud con la túnica de magistrado; y la Virgen de las Angustias entrando en San Román en los años 50 con la saya de Gitanillo y la mantilla de Peñaranda.
Vamos ahora al último panel que repasa la historia de la Hermandad de los Gitanos, donde se habla de algunos acontecimientos destacados, como la celebración del centenario de la estancia en San Román, la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias, el 250 aniversario de la fundación o la proclamación de la Virgen como Patrona de los donantes de órganos de Sevilla, sin olvidar por supuesto el traslado a su actual sede canónica, el Santuario de los Gitanos, en 1999.
Relacionado con este panel, vemos seis fotografías más recientes, como la del Señor sobre su actual paso, donado por Manuel Carrera, y con la túnica de Caro que luego veremos; la Virgen de las Angustias en su paso con la mantilla de Peñaranda; la Virgen con la saya de Ojeda en el triduo extraordinario de su Coronación Canónica; el momento preciso de dicha Coronación con la saya de Caro; el Señor de la Salud durante sus cultos con la túnica llamada turca o de Estambul; y la Virgen durante su estación de penitencia del pasado año con la mantilla de Peñaranda a modo de toca de sobremanto.
Y bajo estas fotos podemos ver algunos pañuelos de la dolorosa: uno de encaje de bolillo con adornos de punto espíritu; otro de punto canario y encaje valenciennes; otro de aplicación de Bruselas; otro de aplicación tipo punto de aguja del siglo XIX; otro bordado en oro en el siglo XIX, regalo del grupo de catequesis de confirmación de 2016; y uno más de encaje de aguja regalado por los costaleros en el XXV aniversario de la cuadrilla. Asimismo, se muestra una azucena bordada en oro por las hermanas Ángeles y Carmen Martín Cruz en 1988 con motivo de la Coronación Canónica, y dos juegos de puños de encaje de aplicación de tipo punto de aguja.
Seguimos nuestro recorrido con la ya mencionada saya de terciopelo rojo bordado en oro por el taller de Esperanza Elena Caro en 1972. Fue donada por un grupo de hermanas en 1972 y pasada a nuevo terciopelo por Fernández y Enríquez en 2004. Además, al ser la que llevaba la Virgen de las Angustias en su Coronación Canónica, la volvió a llevar en la celebración del XXV aniversario de aquel acto (ver).
Junto a la saya, se muestran en una vitrina diversos encajes de la Virgen de las Angustias realizados en diferentes técnicas y materiales, así como una colección de seis fajines de la Virgen, confeccionados con telas de los siglos XVIII, XIX y principios del XX, con flecos de oro y plata.
También mencionábamos antes la túnica de Caro, que es la que podemos contemplar ahora, realizada en terciopelo burdeos con bordados en oro en 1977 por el citado taller de Esperanza Elena Caro. Fue un regalo de un grupo de hermanos y sólo la ha llevado el Señor en la Madrugá en dos ocasiones: en 1977 y en 1984. Posteriormente, en 2009 fue pasada a nuevo terciopelo por Fernández y Enríquez para que el Señor la vistiera durante el Vía Crucis de las Cofradías, aunque la lluvia impidió el traslado de la imagen hasta la Catedral.
La exposición concluye con el cartel del XXV aniversario de la Coronación Canónica, llamativa y colorida obra de Francisco Betanzos Gil (2013), que, a su estilo, reprodujo el manto de salida de Carrasquilla, la saya de Ojeda y la mantilla de Peñaranda. Además, la Virgen presenta en el cartel una lágrima de más, en alusión a los donantes de órganos, convertida por tanto en una lágrima de vida.
Hasta el próximo domingo se puede visitar "Puntadas de la memoria", la exposición que nos permite recorrer la historia de la Hermandad de los Gitanos a través de las piezas bordadas que componen el ajuar de los titulares de la corporación; un ajuar recientemente enriquecido gracias a una túnica rescatada de la destrucción causada por el fuego y el odio.
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