viernes, 24 de febrero de 2017

MARÍA SANTÍSIMA EN SU SOLEDAD, EN BESAMANOS EN SAN LORENZO


Hoy, viernes, ha comenzado en la Parroquia de San Lorenzo el primero de los besamanos anuales a María Santísima en Su Soledad, el que se celebra en la capilla donde la imagen recibe culto durante todo el año (el segundo será el Viernes de Dolores en la capilla sacramental).
Para este besamanos, que se prolongará hasta el domingo, la Virgen de la Soledad está elevada sobre una peana de madera tallada, dorada y policromada con un estilo muy parecido al de su propio paso procesional, ya que incluso tiene talladas algunas azucenas como las que rodean el canasto y los respiraderos del paso.
Viste la dolorosa su manto de salida, de terciopelo negro bordado en oro, y la saya conocida como la de Todos los Santos, regalada por dicha hermandad de gloria a la Soledad debido a la estancia de la cofradía de Omnium Sanctorum en San Lorenzo durante la guerra civil. Luce también la diadema procesional, el puñal de oro donado por Antonio Ordóñez y el alfiler con su advocación en la cintura. En la mano izquierda sujeta un pañuelo, mientras que es la derecha la que da a besar a los devotos.
Flanquean a la Virgen de la Soledad dos sencillas jarras plateadas con una variedad floral de tonos blancos que también está en otras jarras dispuestas en distintos puntos del altar y en forma de friso en las cornisas existentes en las paredes de la capilla.
El retablo tiene oculto el camarín de la Virgen con una superficie de color negro que coincide exactamente con su arco de medio punto. Delante está la cruz parroquial entre faroles de mano y entre candeleros del paso procesional con cera blanca. Además, otros candeleros están colocados de forma escalonada en el suelo, en el espacio que hay entre el retablo y la propia dolorosa, que además está cubierto con una alfombra de color rojo que tiene una cenefa azul y dorada.

































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