La Hermandad de los Panaderos ha iniciado este viernes el besamanos a María Santísima de Regla, culto que durará todo el fin de semana y para el que la dolorosa viste su antiguo manto procesional, bordado por Sobrinos de Caro, una auténtica joya con la que desgraciadamente no sale a las calles en su estación de penitencia desde hace ocho años.
La Virgen de Regla lleva toca de sobremanto, la saya de tisú bordada en oro con motivo de su Coronación Canónica y la propia corona de oro. En el pecherín tiene un puñal, un broche, la Medalla de la Ciudad y un alfiler con su advocación. Además, en la cintura tiene un broche con un ancla y la cruz trinitaria, regalo de la Hermandad de la Trinidad.
Una pequeña peana de plata eleva a la Virgen, que a sus pies tiene junto a ella dos candelabros con ángeles de orfebrería y un guardabrisa cada uno. Sobre la peana hay dos pequeñas jarras, mientras que flanqueando a la imagen, sobre sendas columnas doradas de fuste salomónico, hay otras dos con variadas especies florales.
Más adelantadas vemos dos jarras de su paso de palio, mientras que un par más están detrás, a ambos lados del presbiterio. Están sobre pies de madera dorada de base cuadrada y las flores se encuentran colocadas en forma de espiral. Detrás, vemos los candelabros de guardabrisa del paso de palio junto al trono perteneciente a la Hermandad de Santa Genoveva. Finalmente, alrededor de los extremos del manto se han colocado un total de diez jarras con las mismas flores de las ubicadas sobre la peana y en un gran centro ante la Virgen.
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