martes, 9 de octubre de 2018
LA VIRGEN DEL ROSARIO DEL ARENAL, EN BESAMANOS ANTE EL CRISTO DE LAS AGUAS
La Hermandad de las Aguas celebró el pasado domingo el besamanos a Nuestra Señora del Rosario, para la que también se llevó a cabo la función principal con que concluyó el triduo en su honor de los días anteriores.
La Virgen del Rosario, que el año pasado fue restaurada por la empresa Musae, fue colocada en el presbiterio de la capilla a la que da nombre en el barrio del Arenal, a los pies del Santísimo Cristo de las Aguas, dado que en esta ocasión, a diferencia de besamanos anteriores, el crucificado no fue desplazado de su lugar de culto habitual. Sí fueron trasladadas las imágenes de Nuestra Madre y Señora del Mayor Dolor, que estaba en el altar de la Virgen del Rosario, y San Juan Evangelista, que no se encontraba a la vista.
Sobre una peana dorada, en cuyas esquinas delanteras había varias rosas blancas y nardos, se alzaba la Virgen atribuida al círculo de Duque Cornejo, que contaba con la ráfaga y la corona plateadas que luce en su salida procesional. El Niño Jesús, que llevaba unas pequeñas potencias plateadas, sujetaba con sus dos manos un rosario, y en la derecha además una flor blanca.
Junto a la Virgen del Rosario veíamos seis candeleros y dos candelabros plateados con siete velas blancas cada uno colocados sobre sendos pies en forma de columna de fuste salomónico. En la parte delantera del altar, en los extremos, se ubicaron dos blandones plateados y, junto a ellos, el guión del Rosario a la izquierda y el estandarte corporativo a la derecha. Asimismo, había un gran centro de nardos a los pies de la imagen.
En cuanto al altar del Cristo de las Aguas, que contaba con cortinajes de damasco rojo, estaba adornado con numerosos candeleros, cuatro jarras del paso de palio de la Virgen de Guadalupe con rosas y nardos, y dos ángeles que sujetaban sendos rosarios.
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