lunes, 15 de octubre de 2018
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES, CON EL MANTO ROJO EN SU BESAMANOS
La Hermandad de las Mercedes de la Puerta Real concluyó este fin de semana los cultos a su titular con el tradicional besamanos en la capilla propia de la corporación de gloria. En esta ocasión, la Virgen de las Mercedes se presentó a los devotos vestida con el manto de terciopelo rojo confeccionado en 1973 por Antonio Rincón Galicia a partir de tres trajes de luces de otros tantos toreros (Julio Aparicio, El Litri y Diego Puerta).
Llevaba además saya blanca de tisú y el cíngulo de salida de oro a realce, de Francisco Carrera (2007). En el pecherín tenía la Medalla de la Ciudad de Sevilla y un broche con su advocación. Lucía la corona de salida, la ráfaga, un cetro y un escapulario mercedario en la mano derecha, un rosario en la izquierda, que es la que daba a besar, y una media luna a sus pies.
La Virgen de las Mercedes estaba elevada sobre una peana de madera tallada y dorada, y flanqueada por dos jarras de su paso procesional con claveles blancos, flores que veíamos también en otras dos jarras ubicadas más atrás, sobre columnas doradas de fuste estriado. Se colocaron también algunos candeleros de madera dorada con cera blanca y, detrás, el camarín de la Virgen estaba ocupado por una talla de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, que cumple ocho siglos en este 2018.
A ambos lados del retablo había diversos candeleros plateados con cera blanca y dos faroles del paso sobre columnas de madera dorada con fuste salomónico. En la parte baja, entre ángeles, estaba la talla del Niño Jesús que figura cada año en la delantera del paso, y en el extremo izquierdo del retablo se situó el estandarte corporativo de la hermandad.
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