miércoles, 3 de octubre de 2018
LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE VISITÓ TRAS SU ROSARIO A LAS MERCEDARIAS
El pasado domingo tuvo lugar el tradicional rosario con la Virgen del Dulce Nombre, de la Hermandad de la Bofetá, y su traslado al Convento de las Mercedarias de la calle Guadalquivir para la celebración de la Santa Misa.
En esta ocasión, la primera dolorosa salida de la gubia de Antonio Castillo Lastrucci recorrió las calles vestida con manto azul de camarín y saya rosa, ambas de terciopelo con bordados en oro. Llevaba la corona procesional, que tiene la particularidad de estar la ráfaga labrada únicamente por su cara frontal, tocado de encaje, un pañuelo en la mano derecha y un rosario en la izquierda.
A las nueve menos cuarto salió de la Parroquia de San Lorenzo en dirección al Convento de las Mercedarias, recorriendo las calles Juan Rabadán, Teodosio y Guadalquivir. Después tuvo lugar la misa y el posterior regreso por un itinerario diferente, tomando tras Guadalquivir la calle Santa Clara, para salir a la parte trasera de San Lorenzo. Todo ello, con un cortejo compuesto de cruz parroquial entre ciriales, dos tramos de hermanos con cirios blancos separados por el estandarte corporativo, el Coro Santa María de Coria del Río y los acólitos.
Las andas, llevadas por hermanos y guiadas por los Hermanos Gallego, capataces de la cofradía, estaban iluminadas por dos faroles y adornadas con claveles blancos y nardos. Contaban además con un baquetón de madera y unos faldones de terciopelo azul.
La Virgen del Dulce Nombre regresó a San Lorenzo por la calle Eslava, pasando junto al retablo cerámico de la Soledad y junto a la propia torre de la parroquia. Finalmente, tras recorrer la parte central de la plaza, entró en el templo pasadas las once y media de la mañana.
Ya dentro de San Lorenzo, donde había entrado mirando hacia el interior del templo, los hermanos que portaban las andas se dieron la vuelta para acceder a la capilla de la hermandad y dejar a la Virgen del Dulce Nombre colocada a los pies de su camarín, que estaba tapado con un cortinaje de damasco rojo.
El párroco de San Lorenzo, Francisco de los Reyes Rodríguez, clausuró con las oraciones finales el rosario de la Virgen del Dulce Nombre, y con él los cultos que durante el mes de septiembre, en que se celebra su festividad, han tenido lugar en las últimas semanas.
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