domingo, 7 de octubre de 2018

LA VIRGEN DE LA CABEZA SALIÓ CON UN GUIÑO A SUS HERMANDADES VECINAS


La Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza vivió ayer su salida procesional por las calles de la feligresía de San Pedro; una salida en la que la cofradía filial de la Patrona de Andújar realizó varios guiños a algunas de sus hermandades vecinas. En concreto, a la Pastora de Santa Marina y a la Virgen de Montemayor, además del saludo previo a la salida a la Amargura.
A las siete menos cuarto de la tarde se abrían las puertas de la Iglesia de San Juan de la Palma para el inicio de la procesión. Antes hubo que retirar la cadena situada justo delante, entre la acera y la calzada. Enseguida, la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas de Dos Hermanas, que se ha estrenado este año con la hermandad, comenzó a abrirle paso con sus sones, siendo "Cristo del Amor" la primera marcha que sonó en la calle.
La cruz de guía entre faroles salió de San Juan de la Palma, seguida del simpecado de la hermandad y las representaciones de otras cofradías de la Virgen de la Cabeza, como las de Cabra y Palma del Río. Seguían las grandes banderas características de esta devoción y las representaciones de las hermandades sevillanas de la Virgen del Mar y la Virgen del Pilar. A continuación, veíamos el libro de reglas, la bandera de la Virgen y el propio estandarte corporativo de la Hermandad Filial de la Virgen de la Cabeza antes de la presidencia, donde hubo también un representante de la Hermandad de las Siete Palabras.









La Banda de Música de la Cruz Roja, que volvió un año más a acompañar a la Virgen de la Cabeza, estaba dentro del templo, ya que antes de salir, el paso se acercó desde los pies de la nave central hasta el presbiterio a los sones de "Amarguras". Allí se detuvo, ante la representación de la cofradía del Domingo de Ramos y a los pies de la Virgen de la Amargura. También dentro se encontraba la representación de la Virgen de Montemayor, y tanto esta hermandad como la Amargura llevaron después sus estandartes a la puerta para despedir desde allí a la Virgen de la Cabeza en el momento de la salida.







El cuerpo de acólitos con cuatro ciriales antecedía al paso de la Virgen de la Cabeza, que salió con el Himno de España antes de detenerse ante la puerta. A continuación, el capataz, Manuel Roldán Rojas, mandó que el paso se levantara y giró en dirección a la calle Feria con la marcha "Pasa la Virgen Macarena".
En la propia esquina se paró la Virgen, bajo una gran fotografía suya colocada en una de las ventanas de la iglesia. Había otras colocadas en la residencia de ancianos Gerón situada enfrente y en la fachada de la Capilla de la Divina Pastora.
"Vamos a que la Virgen vea a los ancianos y los ancianos a la Virgen", dijo el capataz al tocar el llamador, dado que antes de seguir por Feria, el paso iba a girar ante la puerta de la residencia, donde los ancianos esperaban a la Virgen de la Cabeza sentados en una improvisada tribuna. Este giro y presentación ante los residentes lo hizo el paso mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba "Morenita y pequeñita". Un cuidador animaba a los ancianos a que cantaran la letra de esta composición propia de la devoción andujareña.







  










Antes de que el paso se marchara, el capataz pidió a los costaleros que la levantá la hicieran "por nuestros mayores". A continuación, el paso dio un giro de ciento ochenta grados mientras la banda tocaba otra composición típica de la localidad jiennense: "Morena de luz de luna".
En la delantera del paso, flanqueando la rosa de oro y ante las tallas de ángeles restauradas el año pasado, se podían ver los codales de los guardabrisones, que estaban pintados; uno con el escudo de la Hermandad de Montemayor, y el otro con el emblema del 25 aniversario de la llegada de la Divina Pastora de Santa Marina a su actual capilla.
Desde la residencia de ancianos, el paso siguió buscando la parte más estrecha de la calle Feria. Su exorno floral se componía de diversas flores blancas: rosas, orquídeas, astromelias y nardos. Además, como novedad este año, estaba también adornada la parte trasera de la ráfaga, con una guirnalda de helechos, tuya y paniculata.
La siguiente composición que se escuchó tras la Virgen de la Cabeza fue "Regina Sacratissimi Rosarii", dedicada a la Virgen del Rosario de Monte-Sión. Sin embargo, el paso se detuvo antes de llegar a la capilla de esta hermandad para un relevo de costaleros. Cumplido éste, la Virgen de la Cabeza siguió adelante con la marcha "Rosario de Monte-Sión" hasta la puerta de la capilla, hacia la que se volvió. Tras la representación de la hermandad del Jueves Santo se vislumbraba a la Virgen del Rosario, expuesta este fin de semana en besamanos (ver).





























La Virgen de la Cabeza vestía nuevamente el conjunto de manto azul y saya blanca, ambos bordados en oro, que el Taller de Santa Clara confeccionó en 2016 para la salida extraordinaria de la imagen con motivo de presidir el Pregón de las Glorias de aquel año. Hay que destacar también que, entre los numerosos broches y medallas que llevaba la imagen, una era de la Esperanza de Triana por su sexto centenario.
Tras la entrega de un ramo de flores por parte de la Hermandad de Monte-Sión, la Virgen de la Cabeza procedió a alejarse de la capilla volviendo brevemente sobre sus pasos para tomar, a los sones de "Pasan los campanilleros", la Plaza de Monte-Sión. Desde ahí, siguió con la marcha "Nuestra Señora de la Cabeza" por la Plaza de los Maldonados y la calle Laurel.
















En su recorrido por las calles de la feligresía, la Virgen de la Cabeza visitó después los conventos del Espíritu Santo y Santa Ángela de la Cruz, así como la Parroquia de San Pedro y la Iglesia de la Misericordia. Después, salió al Convento del Pozo Santo, al que llegó con una doble interpretación de "La gracia de María".
El paso, que completó el año pasado la decoración pictórica de los faldones, llevada a cabo por Pedro José López Martos, se giró completamente hacia la puerta del convento y se detuvo a muy poca distancia de las religiosas terciarias franciscanas, que le cantaron a la Virgen de la Cabeza. Después, tras una levantá a pulso por las hermanas, el paso se alejó a los sones del "Ave María" de Schubert, que se enlazó con "La Estrella Sublime".








Desde la Plaza del Pozo Santo, la Virgen de la Cabeza se internó por la calle Amparo, donde hubo hasta tres chicotás seguidas a tambor, hasta que, ya en el segundo tramo de la calle, la Banda de la Cruz Roja tocó "Tras tu verde manto", a la que siguió después "Mercedarias" en su llegada a la Capilla de la Divina Pastora, ante la que se volvió el paso.
La campana de la capilla repicaba ante la visita de la Virgen de la Cabeza, a la que los cofrades pastoreños le cantaron la "Salve Regina". De nuevo sonó la campana mientras el paso se marchaba después con una nueva interpretación de "Morenita y pequeñita".














En la recta final de la salida procesional, la Virgen de la Cabeza regresó hasta San Juan de la Palma por la calle Madre María Purísima de la Cruz, donde se pudo escuchar la marcha "Danos la paz". Después, el paso se paró y, al volver a hacer sonar el martillo, el capataz dedicó la levantá a Joaquín Mogrera, capataz al que se refirió como un amigo. Su hija estaba presente en el momento de esta levantá por su padre.
Con la marcha "Siempre la Esperanza", la Virgen de la Cabeza alcanzó la puerta de San Juan de la Palma. A continuación, el paso se paró y la siguiente levantá la pidió el capataz para dos hermanos de la cofradía, Miguel Cubillo y el abuelo de uno de los costaleros. Otro pidió añadir a la dedicatoria a un amigo suyo, costalero de la Amargura. Por los tres se levantó la Virgen de la Cabeza, que giró ante la puerta para entrar mirando hacia la calle con "Morena de luz de luna", enlazada con "Esperanza Macarena". Posteriormente, el paso hizo su entrada y la Banda de la Cruz Roja tocó el Himno de España en torno a las once y veinte de la noche.




















Como es tradición, la procesión de la sevillana Virgen de la Cabeza concluyó con la banda entrando nuevamente en la iglesia para interpretar por última vez "Morenita y pequeñita", partitura acompañada de nuevo por las voces de los cofrades y devotos que no se despidieron de la Virgen hasta dejarla en el interior de su sede. Este mediodía, los cultos en su honor han finalizado con la celebración de la función principal de instituto.

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