La Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados, del Parque Alcosa, celebró este fin de semana el besamanos a su imagen titular; un culto para el que estrenó una saya confeccionada por Manuel Solano en terciopelo burdeos bordado en oro, siguiendo el diseño de la que fue robada, junto a otra, en marzo del año pasado de su casa hermandad y que era obra del mismo bordador.
Con esta pieza recuperada y con el manto y la diadema de salida, se presentó a los devotos la Virgen de los Desamparados, elevada sobre una peana plateada. En el pecherín llevaba un gran broche con forma de corazón y con el emblema mariano en el centro, además de un alfiler con su advocación. Y a la altura del vientre, se podía ver la Tau franciscana.
La dolorosa ofrecía a sus devotos la mano derecha, mientras que con la izquierda sujetaba un rosario. Además, a los pies tenía una media luna de orfebrería.
El altar del besamanos estaba colocado ante el que habitualmente ocupa la Virgen, en el lado de la Epístola del presbiterio bajo de la Parroquia de los Desamparados. Un cortinaje rojo servía de fondo, ante el que estaba situado un año más el dosel de cultos cedido por la Hermandad de San Benito.
Flanqueando a la Virgen de los Desamparados veíamos dos jarras de su paso procesional sobre sendas columnas de madera dorada con fuste de estilo salomónico. Las jarras contenían diferentes especies florales, como rosas y astromelias. Delante, se colocaron dos altos blandones dorados, mientras que detrás, junto al cortinaje y ante una de las ventanas del templo, estaba ubicado el estandarte corporativo.
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