lunes, 16 de enero de 2023

LA PRIMERA SALIDA DE LA VIRGEN DE LA TRINIDAD POR LAS CALLES DE JEREZ


Jerez cuenta desde el pasado 8 de enero, día de su bendición, con dos nuevas imágenes titulares que pertenecen a la Hermandad de Humildad y Paciencia. Se trata de Nuestra Madre y Señora de la Trinidad y de San Juan Evangelista, imágenes talladas por el imaginero alicantino Ramón Cuenca Santo, quien ha realizado un conjunto escultórico de una gran belleza y calidad como las que merece la Semana Santa de la ciudad gaditana.
Aún faltan años, no se sabe cuántos, para poder ver bajo palio a la Virgen de la Trinidad y a San Juan en la jornada del Jueves Santo. Sin embargo, ya ha sido posible verlos por las calles de Jerez, dado que tras la bendición del día 8, el pasado miércoles fueron trasladados desde su sede canónica, la Iglesia de la Santísima Trinidad, en la plaza de las Angustias, hasta la Parroquia de San Juan Bautista de los Descalzos, a cuya feligresía pertenece la hermandad. 
Fue un traslado muy rápido, de apenas media hora ya de noche. Allí, en Los Descalzos, tuvo lugar del jueves al sábado la celebración de un triduo extraordinario de acción de gracias por la bendición. Curiosamente, en este templo de la calle Medina es donde reside la Hermandad de la Amargura, cuya dolorosa se tiene por titular de la antigua Hermandad de San Antón, de la que Humildad y Paciencia se considera continuadora por su Cristo titular. La antigua imagen de San Juan sería la que actualmente posee la Hermandad del Amor.
En Los Descalzos, la Virgen de la Trinidad y el discípulo amado fueron ubicados sobre las andas del traslado, cedidas por la Hermandad de la Columna de la localidad de San Fernando, en el lado derecho del presbiterio.



En la mañana de ayer, domingo, tras la función en su honor, la Virgen de la Trinidad emprendió el camino de regreso a su templo con un cortejo que fue rezando el Santo Rosario y del que formaron parte no sólo los cofrades de Humildad y Paciencia, sino también una representación de la Hermandad de la Amargura, de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, que son actualmente las responsables de la Iglesia de la Santísima Trinidad, y profesores y alumnos de su colegio, que iban repartiendo rosas blancas entre las personas que contemplaban el discurrir de la cofradía; las mismas flores que adornaban las andas.
La vestimenta de ambas imágenes era la misma que llevaron en el acto de su bendición. Así, la dolorosa tenía un manto y una saya perteneciente a la Virgen de la Amargura de la Hermandad de Humildad y Paciencia de Cádiz, mientras que San Juan llevaba una túnica y un mantolín cedidos por la Hermandad de las Penas de Santiago, de la ciudad de Córdoba.
Pasadas las doce del mediodía, la Virgen de la Trinidad y San Juan Evangelista abandonaban la Parroquia de los Descalzos para afrontar un recorrido por las calles de la feligresía. Así, al salir a la calle Medina el cortejo giró a su derecha arropado por bastantes cofrades, entre quienes se escuchaban palabras de alabanza a las nuevas imágenes, que por primera vez estaban en la calle a plena luz del día.














A continuación, el cortejo giró hacia la calle Huerta Pintada y, tras pasar por la plaza de la Virgen de la Amargura, continuó por la misma calle hasta girar a la izquierda en Diego Gómez Salido. La Virgen de la Trinidad se presentaba así por vez primera a la zona de Pío XII, discurriendo por la plaza del mismo nombre hasta tomar Fray Luis de Carvajal.
El intenso sol de esta mañana de domingo y una temperatura más que agradable favorecían acompañar a Nuestra Madre y Señora de la Trinidad y a San Juan Evangelista, cuyas manos casi se tocaban sobre las andas. Por si el sol no era suficiente, las imágenes tenían ante sí seis candeleros con cirios blancos. En cuatro de ellos estaba la cruz de los Trinitarios Calzados, mientras que en los otros dos estaban las advocaciones en latín de ambas imágenes.

























La Capilla Musical Calvarium puso sus sones a esta primera salida (segunda si contamos el breve traslado del miércoles) de estas nuevas imágenes de la Hermandad de Humildad y Paciencia, que salieron de la zona de Pío XII a la amplitud de María Antonia Jesús Tirado, para a continuación cruzar la calle Medina, pasando de nuevo cerca de Los Descalzos, y seguir en línea recta a Manuel Yélamo Crespillo.




















El recorrido por la feligresía, con el capataz David Grilo al frente del llamador, hizo que continuaran los rodeos, dado que, en lugar de dirigirse ya a su templo, la Virgen de la Trinidad giró a su izquierda en Diego Fernández Herrera, tomando luego Siervas de María a Porvenir, a la que salió cuando se estaba rezando ya el cuarto de los misterios del Santo Rosario. Y todavía quedaba un pequeño rodeo más, cuando antes de alcanzar la plaza de las Angustias, el cortejo se desvió por Maríñiguez.
















Desde Maríñiguez, la Virgen de la Trinidad y San Juan giraron a la calle Campana, donde se pudieron ver en una casa unas colgaduras con fotos de los titulares tanto de la Hermandad de Humildad y Paciencia (incluidas las imágenes recién bendecidas), como de la vecina Hermandad de las Angustias.
Ya con las letanías del Santo Rosario, las andas tomaron la calle Granados para salir por fin a la plaza de las Angustias, deteniéndose junto a la capilla que da nombre a este céntrico punto de Jerez.













Finalmente, Nuestra Madre y Señora de la Trinidad y San Juan Evangelista alcanzaron la Iglesia de la Santísima Trinidad y se adentraron en el patio situado ante el templo, donde un grupo de alumnos del colegio cantaron el himno de los grupos ACI, de las Esclavas del Corazón de Jesús, antes de que la dolorosa y el discípulo se reunieran en el interior de la iglesia con el Cristo de la Humildad y Paciencia.









Se ponía así fin a unos días muy intensos vividos por la Hermandad de Humildad y Paciencia, corporación joven pero con espíritu de siglos, alrededor de sus nuevas imágenes titulares. Unas imágenes sobre las que hay prácticamente unanimidad. 
La hermandad ha acertado en la búsqueda del imaginero y éste lo ha hecho en la plasmación de lo que aquélla quería. Son imágenes que vienen a aportar y mucho a la Semana Santa jerezana, con personalidad y con una calidad incuestionable. Probablemente no sea exagerado decir que están entre las mejores imágenes que se han incorporado al universo cofradiero de Jerez en los últimos diez o quince años.

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