La Parroquia de San Lorenzo acoge este fin de semana el besamanos a María Santísima en su Soledad, que se presenta para ello en su capilla, sobre su peana procesional. Viste manto de terciopelo negro bordado en oro y se encuentra estrenando la saya, que es la llamada de los soleanos, realizada con aportaciones de los hermanos reproduciendo una saya desaparecida de las Hermanas Antúnez de finales del siglo XIX. La réplica del diseño la ha llevado a cabo Manuel Barragán Rasero, mientras que se ha encargado del bordado Rosario Bernardino.
La Soledad luce su diadema procesional, de Viuda de Villarreal, mientras que en el pecherín lleva el puñal de oro de Jesús Domínguez. Además, sujeta con la mano izquierda un pañuelo de encaje, y la derecha la ofrece a los devotos para que la besen.
Flanquean a la Soledad cuatro jarras plateadas con calas blancas, flores que también están en un centro a sus pies y detrás, en otras dos jarras. Al fondo, ante un cortinaje de damasco rojo se encuentra el dosel de cultos del Cautivo de San Ildefonso con un templete de madera dorada delante cobijando un crucificado de marfil. Además, vemos un total de diez candeleros con cera blanca, cinco a cada lado, y los cuatro ángeles mancebos de las esquinas del paso procesional. Finalmente, sobre columnas de madera hay unos candelabros plateados con velas también blancas.
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