Nuestra Señora del Carmen, de la Iglesia de Santa Catalina, se encontraba ayer y continúa hoy, jueves, expuesta en besamanos en el altar mayor del templo, donde aparece elevada sobre una peana de madera tallada y policromada con cabezas de querubines.
La imagen viste saya y escapulario de terciopelo marrón bordado, manto blanco de tisú y toca de sobremanto, y luce sus habituales elementos de orfebrería. Además, lleva los escapularios de mano con la derecha, mientras que en la izquierda sujeta al Niño, vestido con una túnica rosa. Ambos tienen también rosarios similares y el Niño, además, su propio juego de escapularios que, en su caso, sostiene con la izquierda.
No faltan diversas joyas, algunas de ellas de coral, como unos pendientes en el pecherín, una pequeña rosa y un ramillete, así como el alfiler con su advocación. Igualmente vemos la medalla de la Real Liga Naval y otra del Colegio de Procuradores.
Flanquean a la Virgen del Carmen de Santa Catalina dos pequeñas columnas doradas de fuste acanalado con lilium, gladiolos y astromelias blancas, flores que igualmente se sitúan más hacia los extremos del presbiterio alto en jarrones situados sobre estípites marmóreos, en el banco del retablo mayor y en sendos centros sobre el escalón superior del altar. Finalmente, hay que mencionar la presencia de cuatro blandones dorados, dos a cada lado del presbiterio, y seis candeleros sobre el banco, todo ello con cirios blancos de gas.
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