Nuestra Señora del Carmen, de la Parroquia de Santa Ana, salió a las calles de su feligresía el pasado sábado en la que fue su cuarta salida procesional desde que ésta fuera recuperada tras la reorganización de la corporación.
Para la procesión de este año se pudo apreciar una importante novedad, como fue el nuevo juego de candelabros del paso, realizados por Paco Pardo, quien igualmente será el encargado de su dorado más adelante.
Hay que recordar que desde 2018, primer año de la recuperada salida del Carmen de Santa Ana, la cofradía había contado con la colaboración de otras corporaciones que le han cedido sus candelabros. Así, en esa primera salida, en la que la Pastora de Triana cedió su paso, llevó los candelabros de la Hermandad de los Desamparados del Parque Alcosa (ver); en 2019 los de la Hiniesta Gloriosa (ver); y en 2022 los de María Auxiliadora de las Salesianas de San Vicente (ver).
A las ocho de la tarde comenzó la salida procesional de la Virgen del Carmen, que estuvo acompañada en su cortejo por las otras dos cofradías con sede en Santa Ana, la Divina Pastora y Madre de Dios del Rosario, así como por el grupo de fieles de Cristo Rey.
Tras salir a la plazuela de Santa Ana, la Virgen del Carmen tomó las calles Bernardo Guerra, Pureza y Luis de Cuadra para salir a la calle Betis, desde la que siguió por el Altozano, San Jorge, Antillano Campos, Alfarería, San Jacinto y Rodrigo de Triana, tomando luego la calle Flota.
En ésta nos encontramos con la Virgen del Carmen, que estuvo acompañada un año más por la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras. Ésta interpretó "Macarena", de Abel Moreno, para que el paso, adornado con grandes rosas blancas y otras especies del mismo color, pasara de Flota a Rocío enlazando un doble giro.
En la calle Rocío, la siguiente marcha que sonó tras la Virgen del Carmen fue precisamente "Rocío", con el paso sorteando farolas, cortinas y algún que otro aparato de aire acondicionado en tan estrecha vía trianera. Después, siempre a las órdenes de Manuel Sorrentino como capataz, el paso salió a la calle Pureza mientras la banda encadenaba dos composiciones tan diferentes como el "Ave María" de Vavilov y la marcha "Esperanza de Triana Coronada".
Después de un relevo de costaleros, el paso siguió por Pureza, donde la Banda de Las Cigarreras tocó "Siempre la Esperanza", marcha que coincidió con una petalada que se lanzó desde la azotea de una vivienda de esta calle. A continuación, la Virgen del Carmen se detuvo junto a la Capilla de los Marineros antes de proceder a entrar en ella, siendo recibida por la Hermandad de la Esperanza de Triana.
Sonó para ello en este momento la marcha "Reina la Esperanza", tras la que el paso de la Virgen del Carmen se paró dentro del templo mirando de frente a Nuestra Señora de la Esperanza. El Cristo de las Tres Caídas está en el retablo del Cristo de la Humildad y Paciencia, y éste en un altar provisional en el lado izquierdo, en el acceso a la nave del Evangelio cerrado por obras de dorado y cambio de ubicación del retablo del Nazareno caído.
Cumplimentada la visita a la Esperanza, la Virgen del Carmen salió de la Capilla de los Marineros a los sones de "Reina, Madre y Capitana", y después continuó por Pureza con la marcha "Triana", a la que seguiría "Coronación" en el giro a la antigua calle Vázquez de Leca.
Aquí, con el paso detenido junto al retablo cerámico de Santa Ana, tuvo lugar una dedicatoria de levantá por el cuerpo de acólitos y la juventud de la Virgen. De hecho, fue el pertiguero el encargado de hacer sonar el llamador, y luego el paso avanzó con la marcha "Carmen de Santa Ana". La Virgen se detuvo enseguida, casi en la esquina con Pelay Correa, aunque no por ello la banda interrumpió la interpretación; toda una rareza que se agradece porque, como ya hemos dicho en otras ocasiones, las marchas se tocan para las imágenes y no para los costaleros.
A pocos metros ya de la entrada, la Banda de Las Cigarreras tocó la marcha "Mi Amargura", que fue la última que sonó en esta salida procesional, dado que con ella el paso alcanzó la puerta de la parroquia, parándose ante ella durante unos instantes.
Seguidamente, se acercó en silencio a la puerta y entró en Santa Ana cuando faltaban cinco minutos para las doce y media de la noche, momento en que la banda tocó el Himno de España para poner fin a la salida procesional.
Una vez dentro de la parroquia, la Virgen del Carmen fue conducida hasta la nave del Evangelio, donde quedó definitivamente detenida entre el coro y la pintura de la Virgen de la Antigua existente en este muro.
Le esperamos este año de nuevo para que pueda ofrecernos su valiosa crónica y archivo fotográfico. De 20 a 00
ResponderEliminarDespués de unos días de vacaciones publicaré la crónica de la salida de este año. Muchas gracias y un saludo.
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