miércoles, 19 de julio de 2023

LA VIRGEN DEL CARMEN DE SAN GIL, ENTRE ANTIGUAS JARRAS DE SAN BERNARDO


La Hermandad del Carmen de San Gil ha celebrado en los últimos tres días el besamanos a su imagen titular, que ha sido ubicada para ello en el presbiterio alto de la parroquia, donde los devotos que así quisieran podían besar las manos de la Virgen. Incluso algunos hacían lo mismo también con las del Niño Jesús.
La Virgen del Carmen estaba vestida con un manto blanco liso colocado sobre los hombros, dejando al descubierto la cabeza de la imagen, en la que tenía una mantilla blanca. Además, tenía el conjunto de saya y escapulario de terciopelo marrón bordados en oro que suele lucir en sus salidas procesionales, como también llevaba la ráfaga, la corona, el cetro y la media luna procesionales, mientras que en la mano derecha sujetaba uno de los juegos de pequeños escapularios que forman parte de su ajuar; en este caso, los de orfebrería dorada. En cuanto al Niño, que también llevaba unos escapularios similares, lucía unas potencias y vestía de verde manzana con decoración floral.
Rodeando a la Virgen veíamos cuatro de las antiguas jarras del paso de palio de María Santísima del Refugio, de la Hermandad de San Bernardo, que contaban con diferentes especies florales de tonalidades morada y blanca. A los pies de la Virgen del Carmen, ante la peana con cabezas de querubines en la que estaba elevada, había una pieza de la crestería de su paso procesional.
Detrás, a un lado y a otro del baldaquino que alberga una imagen de San Gil Abad de Antonio Castillo Lastrucci, se dispusieron unos cortinajes de damasco rojo con sendas lámparas colgando de la parte superior. Y delante había unos pequeños doseles con otras piezas de la crestería del paso a modo de gotera, pequeñas tallas de ángeles también del paso sujetando filacterias, y en el centro unos espejos con marcos de madera dorada. 
Ante el dosel de la izquierda había una pequeña imagen de San José, mientras que ante el de la derecha estaba el arcángel que figura en la trasera del paso sujetando el manto. Con cada una de estas tallas se ubicaron dos candelabros de tres velas blancas cada uno, otra pieza de la crestería y dos jarritas que también formaban parte del palio de San Bernardo.
Finalmente, delante de cada dosel se dispuso una mesa de madera dorada con dos guardabrisas encima, mientras que en el lado derecho del presbiterio se encontraba el estandarte corporativo.






























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