La Hermandad de San Esteban, en un fin de semana intenso con el besapié y el vía crucis de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, vivió también el besamanos a María Santísima Madre de los Desamparados, que fue ubicada, como el viernes el Señor, en el presbiterio del templo.
La dolorosa, que vestía el manto de salida estrenado en 2014, saya blanca y la corona procesional, estaba elevada sobre una peana de plata ante el dosel rojo con remates de madera dorada y con el emblema de María en la gotera.
Sobre el pecherín, la Virgen de los Desamparados llevaba un puñal, varios broches y una cruz pectoral. Daba a besar la mano derecha, mientras que en la izquierda tenía dos rosarios. Estaba flanqueada por dos faroles sobre columnas de base cuadrada forradas en terciopelo rojo y con galones dorados. A los pies de las columnas había anthurium y otras flores, todas de color blanco, que también se encontraban ante la Virgen en un gran centro y en dos jarras del paso de palio sobre sendas mesas de madera tallada y dorada colocadas en los extremos del conjunto.
Completaban el montaje cuatro grandes blandones dorados con cera blanca y dos ángeles sobre columnas rojas sujetando filacterias blancas con letras azules ("Madre de los Desamparados" y "Madre de la Iglesia") a ambos lados del dosel.
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