María Santísima del Rosario, de la Hermandad de Monte-Sión, estuvo expuesta en besamanos este fin de semana y ayer, día de su festividad, donde se pudo ver con detalle la cruz pectoral donada por el anterior arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, a quien en 2013 se la regaló el Papa Benedicto XVI. Es una cruz realizada por el orfebre Claudio Piero Savi en plata con baño de oro italiano, inspirada en la Cruz Vaticana o Cruz de Justino II.
La dolorosa del Jueves Santo estaba elevada sobre una tarima y sobre su peana procesional, lo que dificultaba sobremanera que muchos devotos alcanzaran la mano para besarla, y vestía el manto de cultos que hace dos años cambió el color del terciopelo de negro a azul, labor realizada por el taller de bordados de la hermandad. Asimismo, tenía la saya de terciopelo de algodón color burdeos diseñada por Ricardo Gil y bordada por Dolores Fernández en 2020.
Sobre la cabeza tenía la corona procesional, la que hace veinte años le impuso el Cardenal Amigo en su Coronación Canónica, mientras que en el pecherín llevaba la Medalla de la Ciudad, un puñal y el broche de la Hermandad de la Estrella, entre otras joyas. En cuanto a las manos, en la izquierda tenía tres rosarios, mientras que en la derecha, la que daba a besar, tenía otro más con cuentas blancas de gran tamaño.
Alrededor de la Virgen se colocaron cuatro jarras de su paso de palio con diversas especies florales de color rosa. Cada jarra estaba situada sobre un pie de base cuadrada forrado en terciopelo rojo. Además, en los laterales había dos faroles de plata también sobre pies como los anteriores.
Por último, hay que indicar que al fondo, ocultando el retablo mayor de la capilla, había un cortinaje de damasco rojo ante el que situó un dosel con fondo de terciopelo rojo y una gotera que era el frontal de los antiguos respiraderos del paso de palio.
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